Moraleja del Vino se convirtió ayer en la capital vinatera de la provincia con la Fiesta de la Vendimia, que el Ayuntamiento ha retomado doce años después de que la localidad acogiera la fiesta de la Denominación de Origen Tierra del Vino de Zamora.

Más de un millar de personas disfrutaron de las diferentes actividades programadas a lo largo del día, entre las que destacó durante la mañana la pisada de la uva al estilo tradicional, en la cual los más pequeños se lo pasaron en grande manchándose los pies con el fruto, como se hace en las bodegas. El público pudo degustar el mosto obtenido. La actividad se llevó a cabo gracias a la colaboración de la empresa Ramón Ramos, de Venialbo, adscrita a la Denominación de Origen Toro. Por la tarde, los adultos disfrutaron de una cata de caldos de la Tierra del Vino, entre ellos varios elaborados en Moraleja, actividad que también atrajo a cientos de amantes de los efluvios de Baco y que contó con la participación de la Asociación de Sumilleres de Zamora.

Mientras tanto, en la Plaza Mayor se concentraban cientos de personas que se interesaron por los productos artesanales y de alimentación que exhibían orgullosos los comerciantes locales en la feria que contó con una treintena de puestos. Los gigantes y cabezudos de Corrales también se acercaron a Moraleja para animar el ambiente.

La jornada de jarana culminó con la degustación de una ternera de Aliste asada al espeto en el bar Moralvi, que vendió cerca de un millar de raciones. Todos ellos degustaron el manjar rayano y tuvieron la opción de regarlo con un tinto de la tierra.

La alcaldesa Eva María Calvo valoró positivamente la acogida de la fiesta por parte del público, "esto esta igual de lleno que en La Magdalena o en la Semana Cultural", afirmaba en la noche de ayer con alegría. "Moraleja tiene una gran tradición vinatera, aquí los vecinos tradicionalmente elaboraban su propio vino, muchos aún lo hacen, y a lo largo del año lo ofrecen a amigos y familiares, nos encanta compartir lo nuestro", afirmaba la regidora.