El agua potable ha vuelto a los grifos de San Marcial después de siete años sin que los habitantes de este pequeño municipio de Tierra del Vino pudieran hacer uso de ella para beber o cocinar debido a la alta concentración de contaminantes, como los nitratos y los fluoruros. San Marcial era el pueblo de la provincia que más tiempo llevaba en la lista negra de localidades que necesitan el suministro de agua potable, la mayoría de las veces por contaminantes pero también por escasa cantidad. La primera solución que se dio para acabar con el problema de contaminación del pozo de San Marcial fue hacer un nuevo sondeo. El proyecto llevó su tiempo y consumió una buena inversión pero resultó que el nuevo pozo seguía dando agua no apta para el consumo doméstico.

Entre medias los vecinos, ya cansados de tanta demora y este grave problema sin resolver acudieron a la capital para manifestarse ante la Subdelegación del Gobierno y varias veces a la Diputación para exigir su implicación en aras de conseguir agua potable. Desde la Administración provincial, según cuentan los propios vecinos, se fue sensible a la demanda y aportó lo que económicamente solicitaban, primero para el pozo y más tarde para la depuradora, que ahora ha entrado en funcionamiento, pero la tardanza y la falta de información, según ellos, del ayuntamiento provocó más de un enfrentamiento político entre los concejales del mismo partido, el PP . La puesta a punto de la depuradora no ha estado tampoco exenta de problemas porque hubo que realizar una modificación del proyecto, ya que una vez finalizada vertía agua a un caño particular y faltaba de instalar la electricidad.

La depuradora estaba instalada desde antes de Semana Santa y no ha sido hasta el mes de agosto cuando los vecinos han tenido resuelto el problema del agua potable, olvidándose así de acudir semanalmente a portar el agua que llegaba en las cisternas de la Diputación y que se hacía escasa, pues muchos eran los que también debían acudir al supermercado para abastecerse del líquido elemento, sobre todo en verano, cuando se incrementa la población notablemente, porque el resto del año quedamos aquí 120 habitantes.