La gestión cinegética del lobo en Castilla y León, y más concretamente en la provincia de Zamora, está siendo estudiada como modelo por la fundación francesa "François Sommer" para la caza y la naturaleza, que ha enviado a la provincia a un grupo de trabajo compuesto por técnicos del Ministerio de Agricultura francés, del Ministerio de Ecología, representantes de la Federación Nacional de Caza y dirigentes de sindicatos agroganaderos del país galo. Dicho grupo de trabajo se ha desplazado a la provincia y ayer en la Casa del Deporte de la capital mantuvo un encuentro con miembros de la Federación de Caza de Castilla y León y ganaderos zamoranos que han sufrido daños por lobos en sus propias explotaciones. La intención de los franceses es "saber cómo se combina aquí la presencia del lobo con la caza, con la agricultura y con la ganadería", según explican los directivos del proyecto "Medialoup", en el cual trabaja esta fundación.

La Directiva Hábitats de la Unión Europea prohíbe la caza del lobo en la totalidad del territorio francés, donde hace pocos años era una especie prácticamente inexistente. Sin embargo, la población del cánido está creciendo a un ritmo anual del 20% y ya existen unos 300 ejemplares según datos oficiales, cerca de 380 según otros cálculos, repartidos en su mayoría en las regiones próximas a los Alpes, donde la especie ha entrado desde Italia, y desde hace pocos años también en el sur, concretamente en el Pirineo Oriental. Esta expansión del animal ha generado un debate en Francia, pues comienzan a tener problemas similares a los que se viven en zonas de España como la provincia de Zamora. En Francia el lobo origina pérdidas al sector ganadero por valor de doce millones de euros en medidas de prevención y de dos millones más en daños directos. Por eso, la Administración y los propios interesados estudian los casos de países "con mayor experiencia en la gestión del lobo, como España", aseguran los representantes del grupo de trabajo.

Estos expertos pretenden con su visita conocer no solo la legislación vigente en España y Castilla y León, sino también la opinión sobre la misma de los propios cazadores y ganadores, para no cometer errores a la hora de gestionar la especie en Francia. Por la parte española acudieron a la reunión José Antonio Prada, delegado provincial de caza en Zamora; Manuel Ranilla, un veterano cazador que conoce a la perfección la distribución de los lobos en Zamora; los cazadores Juan Pascual y Francisco Benito, así como Miguel Ángel Marcos, un ganadero de Villalonso que hace menos de dos semanas perdió 61 ovejas durante el ataque de una manada de lobos que quedó registrado por las cámaras de vigilancia de su explotación. Marcos transmitió a los franceses que "ganaderos, agricultores y cazadores tenemos que ir a una en este tema para que la legislación nos favorezca a todos".

El delegado de caza departió sobre los problemas que los cazadores encuentran en la actual legislación, muchos de los cuales fueron planteados por él mismo en el último Comité Regional de Caza, como por ejemplo, que el Seprona entre a los cotos a pedir documentación en medio de una batida o no poder señalizar los caminos para que los senderistas no entren. Prada asegura que encontró "buena disposición" por parte de la Administración regional para escuchar sus peticiones.

Manuel Ranilla departió sobre la evolución de la especie en la provincia de Zamora, su expansión y cómo ha cambiado la caza de los cánidos desde los años 50. Según el último censo elaborado por la Junta existen 179 manadas de lobos en la Comunidad, y en Zamora habría 45, concretamente 42 al norte del Duero y tres al sur, así como seis más en zonas limítrofes a la provincia. Sin embargo, Ranilla afirma haber avistado al menos 50 grupos al norte del Duero y otros 10 al sur del mismo. Cabe recordar que en la actualidad solo está permitida la caza del lobo en Castilla y León al norte de este río.