La reliquia del Lignum Crucis podría pertenecer a la hoy ya desaparecida cofrafía de la Santa Vera Cruz, de Alcañices, una de las más antiguas de la Diócesis de Zamora. Sus ordenanzas fueron aprobadas en Zamora, el día 22 de junio de 1574, por el entonces vicario General de las Vicarias de Alba y Aliste el licenciado Bernardo García, presentadas por el vecino de la villa Menchor Rangel, cofrade de la Vera Cruz, con el alistano Domingo Hernández, más conocido como "El Sombrerero", como testigo.

No obstante, según atestiguan los documentos escritos, la hermandad ya existía al menos 59 años años antes. Ello lo refrenda que, el 20 de octubre de 1515, el Sumo Pontífice León X le concedía una Bula. Aunque la original se perdió, si se conserva una copia. Estaba escrita en latín y era obligación para los cofrades la asistencia sin discusión a la capilla más antigua de la villa, -entonces aún no existía la de la Virgen de la Salud en el Convento de San Francisco-, en cinco ocasiones: Exaltacion de la Cruz (3 de mayo), la Invención, Jueves Santo, Viernes Santo y la Asunción de Nuestra Señora la Virgen María (15 de agosto).

La Santa Vera Cruz era una Hermandad Mixta que lo mismo aceptaba la entrada de hombres que de mujeres, pero con sus peculiaridades en cada caso, juntos pero nunca revueltos. Las mujeres habían de pagar de entrada cinco reales y una libra de cera, mientras que los varones habían de abonar un ducado y cinco libras de cera. La admisión estaba abierta a los vecinos de la villa y posteriormente a los pertenecientes al Señorío.

"Encontré el Lignum Crucis por casualidad y ahora busco la autentificación"