Los pueblos de la provincia de Zamora renovaron ayer su devoción a San Isidro. El santo de origen madrileño no es solo el patrón de la capital de España, sino que se celebra en el mundo rural por ser el santo patrono de los agricultores, ya que este era el oficio de ese personaje del siglo XII. En Corrales la fiesta empezaba a primera hora de la tarde cuando tenía lugar la procesión con la imagen del santo presidiendo el desfile que se acercaba hasta los campos más próximos al casco urbano, donde se hacía la bendición y el coro parroquial entonaba una plegaria demandando agua en un momento tan crítico para el campo como aseguraba ayer Aquilino Fuentes, miembro de la Junta Agropecuaria Local. "El calor tan intenso que ha hecho estos días ha sido un varapalo muy grande para la cebada, que está prácticamente blanca y el hongo está empezando a entrar en el trigo. En general, afecta a todo, pero sin duda es la cebada la más perjudicada". Así que con la esperanza puesta en que cambien las condiciones climáticas el cantar del agua invocaba el favor de San Isidro para que ayude un poco a paliar la sequía.

Era el párroco de Corrales del Vino, José de la Prieta, quien presidía los ritos religiosos en una jornada de fiesta en un pueblo que recibía ayer también la visita del delegado de la Junta de Castilla y León en Zamora, Alberto Castro, quien departía con las autoridades locales poco antes de comenzar la misa, a partir de la una.

El vermú en el Teatro abierto a todo el pueblo, la merienda en la zona de esparcimiento de Corrales, El Plantío, los hinchables para los niños y el baile nocturno centraron el programa festivo del 15 de mayo, que sigue manteniendo sus peculiaridades en esta localidad.

Durante la víspera, la noche del 14 al 15, y según recuerdan los vecinos, volvía a cumplirse con la tradición de que los mozos colocaran la hoja de negrillo en la ventana de las viviendas donde habitan mozas. "Incluso hay maridos que siguen con esta costumbre aún después de casados y agasajan a sus parejas con el simbólico ramo", explicaban vecinos de Corrales. Al igual que la colocación de la rama de negrillo, El Plantío, donde se congregaban ayer tarde los corralinos para merendar forma parte del pasado y el presente para los habitantes de este pueblo, que tienen en este paraje el más preciado recinto de esparcimiento y convivencia.

Para hoy, sábado, y coincidiendo con el fin de semana, los más pequeños podrán seguir disfrutando de los hinchables y ya por la noche está prevista asimismo una disco móvil, que clausura la fiesta del campo en Corrales.

En otros pueblos de Tierra del Vino, aún sin ser fiesta local, se vivía igualmente con fervor la onomástica de San Isidro, como en Venialbo, con una solemne procesión que salió a las afueras de la localidad para bendecir los campos, seguida de la misa en la que Rubén Hernández y Manuel Galán presentaban ofrendas en representación de todos los agricultores de la localidad.

En Manganeses de la Lampreana también sacaron al campo abierto la imagen del patrón de los labradores, sobre una mesa tirada por uno de sus instrumentos de trabajo más habituales, un tractor. Al finalizar, la Cámara Agraria Local ofreció un refresco para todo el pueblo, mientras una charanga animaba el ambiente. Por la tarde se organizaron varios juegos infantiles para el disfrute de los más pequeños de la localidad, y a la noche los agricultores de Manganeses continuaron la fiesta con un baile al que se unieron casi todos los vecinos del pueblo.

La Guareña es otra de las zonas de la provincia en la que el día de San Isidro es motivo de celebración, como en Villabuena del Puente, que vivió una jornada festiva organizada por los miembros de la Junta Agropecuaria Local, donde todos los asistentes pudieron disfrutar de un generoso refresco al terminar los actos religiosos.