Los pasos canadienses instalados en numerosos caminos rurales de entrada a grandes fincas o a valles ganaderos de la provincia de Zamora constituyen, cuando están mal implantados, una de las trampas mortales para toda suerte de anfibios, reptiles e incluso pequeños roedores. En casos, los ejemplares caídos en desgracia pertenecen a especies clasificadas en el listado de las vulnerables o amenazadas. También se han visto aprisionadas en estos pozos artificiales "liebres y conejos", al decir de la guardería forestal.

Los pasos canadienses son un sistema implantado por la función que cumplen para que las reses se mantengan en sus lugares de pasto sin invadir carreteras o sin escaparse hacia otros pagos. Las conocidas parrillas metálicas, que en algunos puntos son rodillos, retraen a las reses de salir al parte alguna. Se niegan a sortearlas por el temor que sienten a aventurarse sobre un suelo del todo inapropiado para poner las patas sobre simples barras, y que además encubren una oquedad. Sin embargo, es una construcción que permite el paso de vehículos y de las personas, y que hace innecesaria la instalación de cierres o portones que obliguen a los usuarios a detenerse, y a abrirlos y cerrarlos en cada salida o entrada.

La comarca de Sayago y el entorno de Arribes del Duero cuentan con diversos pasos canadienses que no han pasado desapercibidos para los investigadores por sus letales efectos, y cuyos impactos han sido puestos en conocimiento de la propia guardería forestal y de los responsables de Medio Ambiente para que adopten las medidas correctoras oportunas. De hecho, en algunos pasos han buscado soluciones tan simples como instalar en una de las esquinas del foso un manojo de ramas, a modo de escala.

El investigador Javier Morales es uno de los estudiosos que ha alertado sobre los estragos que ocasionan estos pozos de muerte cuando no cuentan con medidas que permiten la salida y el regreso a su hábitat de los pequeños animales caídos y aprisionados en los fosos. Morales señala que "desde hace varios años los pasos canadienses afectan a una especie importante de anfibio: el sapillo pinto. Una especie en declive en toda Castilla y León".

Son especialmente críticos para los anfibios los días de lluvia o cuando corren las aguas y se adentran por las parrillas hasta fosos carentes de desagües o que presentan paredes completamente lisas y verticales que impiden a los infortunados animales salir de nuevo al campo.

"Mueren en un sitio absurdo, y todo por no hacer una salida para el agua" señala Morales, que propone, entre otras soluciones, que estas trampas "dispongan de un tubo que impida la acumulación de agua en los pozos", y evitar así que mueran ahogados o aprisionados los caídos en desgracia.

Algunas de estas parrillas metálicas, colocadas a ras de tierra, están emplazadas además en puntos a los que desembocan las escorrentías de carreteras o de los propios caminos, lo que constituye una trágica invitación y, al tiempo, una negligencia porque los pozos se convierten en depósitos letales.

Javier Morales señala que existen animales, "como gallipatos, que trepan, pero otras especies como ranas, sapillos y sapos quedan encerrados" sin poder salir salvo que los pasos cuenten con las medidas precisas. "Mueren masivamente. Hay días de ocho o veinte, y noche tras noche" dice. El investigador zamorano subraya que "son pequeñas cosas, solucionables con pocos gastos". A la solución de desagües se añaden otras como la disposición de paredes inclinadas y rugosas para que anfibios y otros seres puedan ascender y salir del agujero, o adecuar en algunos puntos del recinto, que ronda el medio metro de profundidad, pasos de subida.

La Guardería Medioambiental ha tomado nota de esta realidad y en diversos pasos canadienses ha dispuesto un ramaje de escobas o encina para facilitar la salida. Es una medida de pura provisionalidad a la espera de mejores soluciones.

En las nuevas construcciones de este tipo, como ocurre en Torregamones, ya se han tomado los cuidados necesarios y los pasos ganaderos cuentan con puntos que favorecen el escape de anfibios.

Los ganaderos consultados desconocen los impactos negativos de estos pasos canadienses porque nadie les ha alertado de que pueden ser trampas mortales para la fauna menor pero de gran trascendencia en el patrimonio natural.