"Resucitó según sus palabras. Aleluya." Así cantaban los fieles de Morales del Vino durante el encuentro entre la Virgen y el Resucitado que se celebraba en esta localidad. Eran los niños los encargados de cargar con la pequeña imagen de Jesús, mientras otro grupo de adultos lo hacían con la Virgen del Rosario, la misma que marcha hasta la Ermita el 9 de mayo. Con la talla mariana a hombros, los hombres realizaban un trayecto más largo, dando la vuelta a la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, para encontrarse con su hijo en la plaza.

Ya juntos y en procesión, retornaban al templo de partida, al igual que lo hacían decenas de fieles que participaron de la procesión que cierra el ciclo de la Pasión, y que ayer presidía el sacerdote José Ferrero.

El Perdigón fue otro de los pueblos en el que la cofradía Virgen del Rosario se encargó de organizar la procesión que salía a la una de la tarde de la iglesia parroquial de San Félix para recorrer las calles Iglesia y El Pozo, entre otras, hasta llegar al Ayuntamiento, donde se realizaron las reverencias para a continuación retirar el manto de luto de la Virgen y colocarle ya el de fiesta. Fue la Banda de Tambores y Cornetas local la que tocaba diversas marchas de alegría durante el desfile que encabezaban los varas y presidentes de las distintas cofradías locales.

En Puebla, acompañado como antaño de niños, ruido y algarabía, la imagen de Cristo Resucitado recorrió las calles con celeridad para hacer su irrupción en la misa de Resurrección oficiada en la Iglesia de la Virgen del Azogue. A las once y media salía la procesión. Agasajado de chorizos y salchichones el "Pinchatajas" estrenó la Pascua y levantó el periodo de Cuaresma. Los pequeños sorprendieron con la velocidad de sus carreteras por llanos y cuestas empinadas.

Fuentesaúco vivió con toda solemnidad el Domingo de Resurrección donde las dos procesiones paralelas se fundieron en la Plaza Mayor para el Encuentro de la Madre y su Hijo. El acto contó con una representación de todas las cofradías.