Bercianos de Aliste abría ayer las puertas de la Pasión y Muerte de Cristo con un sobrecogedor Jueves Santo cargado de religiosidad, sentimiento y tradición, desde la sencillez pasada de padres a hijos y de abuelos a nietos durante siglos, donde la ancestral y emblemática capa parda alistana de honras y respeto, compañera de viaje en la vida y hacia la muerte de los alistanos, se convertía una vez más en la gran protagonista como enseña de luto para los cofrades de la hermandad penitencia del Santo Entierro.

La peculiar e histórica prenda elaborada con paños de lana de oveja negra castellana salió de los baúles para cumplir su cometido en días de luto y de dolor.

La iglesia de San Mamés acogió a las 16.30 horas el inicio de la Cena del Señor. Y llegó el "Gloria a Dios en el Cielo" sobrecogiendo en el templo las voces rasgadas de dolor, mientras las campanas repicaban por última vez antes de enmudecer en señal de luto: Cristo ha muerto. Durante los días de Pasión, hasta la Vigilia Pascual, el cobre calla dando paso a las "Matracolas" de madera de negrillo y las aldabas de hierro para llamar calle por calle a devotos y cofrades a la penitencia.

El Cristo Pequeño abrió la comitiva camino del "Calvario", allá en lo alto del antiguo camino de Galicia por donde subían y bajaba los gallegos hacia Castilla, galocheros y segadores a los que cantó con tristeza Rosalía de Castro: "Castellanos de Castilla / Tratradme bien a los gallegos / cuando van, van como rosas / cuando vienen, como negros".

El Cristo seguido por los cofrades de capa parda y las mujeres de negro mantón y oscuro pañuelo. Cumpliéndose el ritual que en cada sepelio de un vecino se repitió desde siglos cuando le llegó el día del último viaje. La capa parda es seña de honra y respeto y en Aliste, al entrar en la iglesia y procesionar se lleva la caperuza caída hacia la espalda, mientras el cofrade y hermano da la cara, mostrando su tristeza, su respeto y su dolor. Por la noche tuvo lugar la Hora Santa. La iglesia acoge durante la Semana Santa el Monumento hecho por la familia del mayordomo Marciano Pérez Blanco.