La Sierra de la Cabrera cuenta desde la tarde del pasado jueves con varios ejemplares de Cabra Hispánica que fueron soltados por el promotor Saturnino Ares en presencia de funcionarios de Medio Ambiente y de la Consejería de Agricultura y Ganadería. Según datos de diversas investigaciones, la cabra hispánica y el oso estaban presentes en la Sierra de la Cabrera quizás hasta 1920, siendo los testimonios de gentes de Vega del Castillo, los que permiten aproximarse a esa fecha aproximada.

El promotor Saturnino Ares llevaba varios años intentando reintroducir en algunos cotos, tanto la cabra montés o cabra hispánica como el rebeco, pero la ausencia de ayudas oficiales para esta reintroducción así como la polémica desatada en torno al caso han retrasado considerablemente esta primera suelta de ejemplares.

El pasado jueves llegó un vehículo con remolque cargado con 13 ejemplares, a Doney de la Requejada, sobre las cinco de la tarde. Allí estaban el promotor Saturnino Ares, así como funcionarios de Medio Ambiente y de la Consejería de Agricultura y Ganadería (Unidad Veterinaria). También dos veterinarios libres, que imponía la Declaración de Impacto Ambiental. Tras comprobar la documentación de la expedición, así como los documentos individuales de saneamiento de cada uno de los animales, se procedió al traslado al lugar de la suelta.

Por un camino desde las cercanías de Doney de la Requejada se llegó al paraje situado a unos 1.700 metros de altitud. Allí en una gran explanada se dispuso todo de manera que la suelta fuera controlada. Guardando cierto silencio, por temor a que los animales se asustaran, todo salió como estaba previsto. Se comprobó antes de abrir una puerta del remolque a través de la lona, el estado correcto de los trece ejemplares. Las doce personas presentes (promotores y funcionarios) en este acto de reintroducción de la cabra montes se situaron en lugares estratégico para no interferir la salida de los animales.

El encargado de abrir la puerta del remolque pronunció estas palabras: «Hoy jueves 26 de enero de 2006 siendo las seis de la tarde se

reintroduce en la Sierra de la Cabrera, en el coto de Doney de la Requejada, la cabra montés, gracias a Saturnino Ares». En ese momento se abrió una pequeña puerta y uno de los animales salió y permaneció unos segundos junto al remolque para emprender enseguida una veloz carrera. Al momento uno tras otros salieron el resto de los ejemplares con una gran velocidad tomando tierra y posesión de un nuevo hábitat.

Los animales se dividieron en dos grupos que fueron vistos desde el lugar de la suelta durante algunos minutos. Enseguida se les vio en los riscos y piedras más elevados, hasta confundirse poco a poco con el atardecer y el monte bajo. En esos momentos, la temperatura a 1.700 metros era de 1 grado, y aún se podían ver restos de la última nevada en los ventisqueros y zonas sombrías.

Culminaba así un largo proceso, en el cual la Declaración de Impacto Ambiental ha sido extremadamente rigurosa, así como el procedimiento administrativo. Los funcionarios de la Sección de Vida Silvestre y agentes de Medio Ambiente han controlado la documentación de la expedición, mientras que los veterinarios de la Junta se han encargado de supervisar las guías sanitarias y el resto de certificados, así como el control de la suelta en la alta montaña.

Entre los requisitos exigidos a este grupo de animales que se han soltado, están el saneamiento ganadero, los certificados genéticos de

origen, el cumplimiento de cada una de las especificaciones de la declaración de impacto ambiental, el chequeo y vacunación antiparasitaria de larga duración. Además han permanecido en cuarentena en el coto de Burgos y en los tres días antes de la salida se les han practicado análisis de brucelosis, tuberculosis y sarna a cargo del Centro de Investigación Científica de la Universidad de Ciudad Real.