La comarca de Tierra de Campos es la más afectada de toda la provincia de Zamora por el descenso de población. De acuerdo con los datos del censo de cada uno de los partidos judiciales, que se han hecho públicos para la asignación de concejales en cada pueblo en función del número de habitantes, el partido judicial de Villalpando ha pasado de tener 8. 774 habitantes hace cuatro años a los 8.000 de la última revisión del padrón municipal. Una bajada del 8,3 por ciento en el conjunto de los 29 pueblos que dobla a la media de la provincia, el 4,6.

Detrás de Tierra de Campos se sitúa el partido judicial de Toro, donde la brecha demográfica se encuentra por encima del seis por ciento (el 6,4%) en un periodo de cuatro años, lo que se traduce en la pérdida de 1.136 habitantes, al pasar de 17.981 a 16.845.

El tercer puesto lo ocupa el partido judicial de Puebla de Sanabria, donde en el conjunto de los 27 pueblos a los que agrupa se ha bajado de la barrera de los diez mil habitantes. Si en 2011 el censo oficial manejado para cumplir con el proceso electoral se situaba en 10.074 personas, el último dato oficial arroja 9.495. Esto supone una pérdida de población en la comarca de 5,8 por ciento.

El partido judicial de Benavente es el que más se acerca a la media provincial, con una pérdida de población del 4,8 por ciento, al pasar de 39.585 personas hace cuatro años a los 37.710 actuales en los 56 municipios. Y finalmente es el partido judicial de Zamora el único que no supera la media provincial en cuanto a descenso del número de habitantes, con un 3,8 por ciento menos que hace cuatro años, casi un punto menos. La pujanza de los pueblos del alfoz de la capital, que en algunos casos han logrado incluso aumentar los censos ha tenido un efecto positivo.

No obstante, el partido judicial de Zamora, el más grande de la provincia con más de un centenar de pueblos de las comarcas de La Guareña, Aliste, Sayago, Tierra del Vino y Tierra del Pan, tiene un comportamiento diferente. Mientras aumentan o mantienen población los municipios cercanos a la capital, los situados al oeste y en el sur padecen los mismos males que el resto de la provincia.

Una provincia que en su conjunto resta casi diez mil almas menos de unas elecciones municipales a otras, descenso que se traduce en la pérdida de 34 concejales porque 17 pueblos han reducido en dos los representantes municipales. Solo Monfarracinos, que superó la barrera de los mil residentes aunque haya sido por los pelos, pasa de 7 a 9 ediles en la corporación que salga de las elecciones municipales de mayo.