El nuevo emplazamiento de San Pedro de la Nave originó en los años 20 un vivo debate que solo fue capaz de zanjar la escueta carta de una sencilla feligresa al Obispo de Zamora. "Si los vecinos de este pueblo vamos a ser trasladados a El Campillo, ¿no sería lo justo que con nosotros viniera la que durante trece siglos ha sido nuestra parroquia?". La lógica reflexión de la mujer ante la máxima autoridad eclesiástica terminó con las disquisiciones entre las autoridades religiosas y civiles de la época que no eran capaces de ponerse de acuerdo. El presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, rompió la grandilocuencia del discurso oficial con esta sencilla historia. "No sería justo, no sería correcto, no quiero ni puedo olvidarme de algo muy importante como es la activa implicación que en este proyecto han tenido todos los vecinos de El Campillo, dando así continuidad a su profunda vinculación espiritual y cultural con un templo que fue la vieja iglesia parroquial de San Pedro de la Nave". Desde su emplazamiento en El Campillo, en el año 1932, "cada año una familia distinta del pueblo pasó a ocuparse de su cuidado y mantenimiento".