Resulta indudable que los grandes protagonistas del carnaval son los niños, quienes más disfrutan disfrazándose y sintiéndose héroes, princesas o personajes de cuento. Así se vive en las casas y en las calles de los pueblos, que por unos días se llenan de color.

Es el caso de Venialbo, donde los vecinos, pequeños y no tan pequeños, convirtieron las principales rúas de la villa del Talanda en un festival de alegría durante el desfile que tuvo lugar el pasado domingo, el cual concluyó con una chocolatada en el salón de usos múltiples tras la entrega de premios. Otro pueblo que cada año se vuelca en la celebración del carnaval es Villaralbo. Hoy despedirán las fiestas en dicha localidad con una verbena y la entrega de premios en la que compiten agrupaciones con ideas tan originales como disfrazarse de palomitas o recrear el musical Grease.

Pero en muchos lugares de la provincia cuentan con ancestrales tradiciones relacionadas con el paso a la madurez que se celebran durante los días de antruejo, a veces por costumbre y en ocasiones porque se hace coincidir con estas fechas festivas.

Es el caso de Villabuena del Puente, en la Guareña. Allí los quintos y las quintas se visten de gala para salir a pasear tras la misa acompañados de una "mascarada", La Vaca, un hombre con unos particulares cuernos de madera.

En Coreses también aprovecharon el sábado de carnaval para correr las cintas. La tarde comenzó con la declamación de las relaciones, en las que los quintos hicieron mención a lo acontecido en la localidad durante el último año. Ocho de los quince quintos además se subieron a un caballo para competir por sacar las cintas del cajón, y el más valiente de todos, Eusebio, lo hizo a lomos de un burro. La jornada terminó con la carrera final, de la que salió vencedor Miguel Ángel y los vivas a los quintos de 2015: Paula, Paola, Marta, Marina, Laura, Miguel Ángel, José, Adrián, Víctor, Pablo, Eusebio, Javier, Jon Ander y Juan.