Las acciones contempladas en el programa Life destinadas a mejorar el hábitats del desmán son diversas y hasta ambiciosas, pues, según se refiere, tienen que ver con "la restauración de la cubierta vegetal mediante repoblaciones, revegetaciones o plantaciones y eliminación de tapones no naturales en los ríos". Son trabajos "de selvicultura de ribera para facilitar la regeneración de la misma y adecuar la luminosidad del cauce para disponer de diversidad en macro invertebrados". Igualmente se alude a "restauración de áreas objeto de catástrofes naturales como incendios o daños indirectos producidos por infraestructuras con riesgos erosivos y sin protección". Fernández González incide en el lastre de los incendios forestales porque "los arrastres ocasionan la colmatación del lecho del río con sedimentos finos del incendio y el desmán desaparece por falta de comida y sustento". "Un sedimento muy fuerte es perjudicial al desmán, trucha y a todo", manifiesta, y añade que "los pescadores echan culpa a nutrias y garzas, y se olvidan que hay cortafuegos mal diseñados que echan sedimentos finos al río; más luego están los vertidos orgánicos e inorgánicos que acaban afectando al estado de las aguas".