Daniel Ferreira Carretero natural de Figueruela de Abajo fue uno de los primeros alistanos en conseguir una plaza de funcionario de Correos, en Madrid, convirtiéndose luego en el primer cartero oficial de la villa. Como era funcionario del cuerpo de Correos y Telégrafos del Estado, vestía uniforme oficial con gorra de plato y una buena capa en invierno. Siempre llevaba una magnífica cartera de cuero con diferentes apartados interiores en cuyo exterior se leía, la palabra Correos. Tantas eran las cartas que había que repartir entonces, que hasta tres y cuatro veces tenía que pasar por la Oficina Central para poder transportarlas junto a paquetes y giros postales que había en aquel entonces. Murió joven, concretamente en 1962, dejando a cargo de su viuda una familia numerosa. Aunque ninguno de sus hijos siguió la profesión paterna, años más tarde dos de sus hijas, concretamente María Ferreira y Concepción Ferreira se presentaron a las oposiciones del cuerpo de Administradores de Correos.