El Ayuntamiento de Torregamones, presidido por el popular Francisco Javier Sánchez Pascual, persistirá en exponer ante los responsables de la Junta de Castilla y León la conveniencia acondicionar el camino que enlaza la localidad con el Fuerte Nuevo, fronterizo con Miranda do Douro, por considerar que abre una excelente oportunidad para potenciar el turismo local.

La actual inviabilidad de este trayecto al uso de los vehículos repercute negativamente en el disfrute de los visitantes que no pueden menos que renunciar a conocer una antigua fortificación, que algunos califican de posicionamiento, al no poder llegar hasta el mismo si no es a pie.

"Es un camino que hay que abrir al tránsito si queremos que el movimiento turístico permanezca en pie. Hoy día se puede ir a los chiviteros, pero no al fuerte, y es muchísima la gente que intenta llegar al fortín pero de pronto se encuentra con un cartel de que el camino está cortado al tráfico", expresa el regidor.

Javier Sánchez manifiesta que la apertura de este vial al tráfico rodado no tendría mayor incidencia negativa "ni daños" para el Parque Natural Arribes del Duero y, por el contrario, tendría un beneficio turístico para el municipio. Aunque existe la posibilidad de acercarse hasta este altozano por un sendero que parte de las inmediaciones de la viaja aduana, es una vía que se escapa a buena parte de los turistas y que también resulta impacticable para buen número de personas.

Torregamones cuenta en el mismo pueblo con un centro social donde puede contemplarse, a través de paneles explicativos y fotográficos, las características del denominado Fuerte Nuevo. Sin embargo, la contemplación de esta fortificación queda vetada a toda persona que por edad o por impedimentos físicos no pueda desplazarse de otro modo que en todoterreno. Incluso con este tipo de vehículos no pocos prefieren inhibirse de llegar hasta este punto fronterizo por las pésimas condiciones que ofrece el camino.

La Junta de Castilla y León invirtió en la adecuación de esta construcción del siglo XVII un total de 116.302 euros. Durante una visita realizada en el año 2011 por el delegado Territorial de la Junta de Castilla y León, en Zamora, Alberto Castro, ya se puso de manifiesto la reivindicación de la mejora de este acceso.

El Fuerte Nuevo es una fortificación que presenta unos muros "construidos en mampostería de granito en seco, y se extiende por una superficie de unos 350 metros cuadrados". Debido al abandono, el fortín se acolmató con un importante cúmulo de piedras y tierra, derivado, en parte del propio desmoronamiento de su estructura. Sobre el escenario arraigó una vegetación de hierbajos, escobas y zarzas que prácticamente lo cubrieron. Las piedras del puesto también fueron utilizadas para construir chozos y chiviteros por parte de los ganaderos que, de este modo, se guarecían de las inclemencias del tiempo y a las crías de la rapacidad de los predadores.

El descubrimiento del fuerte, tras la retirada de la tierra y de la vegetación, pusieron al descubierto una defensa que, según la información de la Junta de Castilla y León sobre el particular, tenía como función "controlar los posibles movimientos de las tropas portuguesas, emplazadas en la fortificación abaluartada de Mirando do Douro, modernizada por el regente portugués Joao IV". Los responsables de la Junta añaden en sus documentos que "su uso militar se limitó a los años de conflicto, siendo abandonado posteriormente, lo que dio lugar a su arrumbamiento y estado de ruina".

Durante los siguientes años el Ayuntamiento de Torregamones ha procedido con su propio personal a la limpieza de este lugar para mantenerlo en un estado aceptable a las visitas. El propio alcalde y operarios locales han echado mano el pasado año de palas, azadas y hoces para impedir que de nuevo las zarzas y la maleza se apodere de una fortificación que pone a la vista una extraordinaria panorámica, en pleno cañón de Arribes del Duero.