A los cuatro meses de su inauguración la biblioteca de Belver de los Montes tendrá que ser ubicada en otras instalaciones por las humedades que afectan a los muros del monasterio de San Salvador. El Ayuntamiento estudia las mejores opciones para el traslado tras comprobarse los perjuicios que causa la humedad en los libros, en el ambiente y en el mobiliario.

Responsables de la asociación cultural "Río Sequillo" que hicieron posible esta iniciativa no dan crédito a la situación y reconocen que la humedad "no viene bien a nadie y tampoco a los libros". Y es que el centro cuenta con más de 2.500 volúmenes que ven peligrar su existencia por las condiciones de las instalaciones donde se encuentran.

El edificio ha sufrido una importante restauración, sin embargo "la humedad sigue ahí. Se ha hecho algún arreglo pero el agua de la lluvia y una fuente que pasa por arriba pues... no ayudan". Antes de su inauguración ya se barruntaron los posibles problemas "pegamos las estanterías a la pared y hubo que separarlas, pero pensamos que esto bastaría y la humedad no afectaría al grado actual". Parte de la iglesia de San Salvador acoge también las nuevas instalaciones del Ayuntamiento y consultorio médico de la localidad. El templo, uno de los edificios más representativos del arte mudéjar de la comarca, estaba abandonado, y se planteó su transformación en edificio municipal. Para ello se llevaron a cabo diversas actuaciones como la adaptación de las naves y cabecera de la iglesia. Un local junto a club jubilados, que ocupa parte de las antiguas escuelas del pueblo, se presenta como la mejor alternativa para llevar a cabo el traslado. "Habría que acondicionarlo poniendo ventanas, suelos y calefacción con lo cual ahora hay que ver de donde se puede sacar financiación para poder hacerlo", explicaron.

Desde su puesta en marcha los fondos de la biblioteca han aumentado considerablemente y en la actualidad cuenta con 2.500 volúmenes, muchos de ellos "fuera de las estanterías porque no disponemos de estantes para ponerlos". Representantes de la asociación "Río Sequillo" hacen un llamamiento para que "si alguien tiene estanterías que nos avise e iremos a buscarlas para poder colocar todos los libros que tenemos". También recogen volúmenes "la última vez han sido casi 200 y cualquiera que quiera donar libros, nos viene bien".

El proyecto, puesto en marcha por la asociación cultural de la localidad, se comenzó a fraguar hace un cuarto de siglo, pero es hace dos años cuando empieza a tomar forma a través de unas conversaciones entre miembros de la agrupación y el catedrático de Historia e hijo del pueblo Eusebio Carbajo, cuyo nombre lleva la biblioteca.