De las 4.000 cabezas de vacuno de Vigo de Sanabria que aprovechaban hace 30 años los pastos de otoño en la Sierra Segundera a penas quedan unos cientos de reses, que se preparan para descender de las cotas altas a los pastizales invierno. La nieve que asoma tímidamente en las laderas de la Laguna de Peces marca la "trashumancia" corta hacia tierras más bajas. Algunos ganaderos de la Sanabria Baja ya han bajado los animales. En unos pocos días José Prada, ganadero de Vigo de Sanabria, comenzará a desandar el camino de montaña, que inició en primavera, para dirigirse hacia los pastizales en la carretera de Pedrazales.

La niebla, el sol y la nieve se repartieron ayer las luces del paisaje de alta montaña mientras las reses campeaban a sus anchas, desde Chanos de Anta hasta la Laguna de Peces, ajenas al paisanaje y a los escasos turistas que suben a la laguna de Peces.

Todos los días al caer el sol Prada encierra las 107 cabezas de ganado en una cerca en Chanos de Anta, situada junto a la carretera, tras andar todo un día pastoreando por la sierra, en régimen extensivo. Si se descuida las vacas se bajan hasta el Lago, por eso anda pendiente de su movimiento.

Sobre la nieve aparecen las huellas de un lobo adulto. José Prada explica que desde hacía unos años no tenía bajas por ataque de lobo, pero este año ha sufrido un par de muertes, que se notificaron a la Guardería Medioambiental. Es una persona moderada y afirma que "no soy partidario de que desaparezca el lobo, toda la vida hemos convivido con él, pero también es verdad que debe haber algún tipo de control". Hace escasos días José Prada y Camilo González, otro vecino de San Martín de Castañeda, se encontraron con un lobo joven, uno de los cachorros de este años, corriendo junto a la alambrada de Chanos de Anta. El animal pasó tranquilamente por la zona. Se ha avistado una pareja de adultos, que lleva al menos dos años por la zona, y que este año ha criado. Los ganaderos han visto tres cachorros. Con que se abonaran el 80% de los daños "sería suficiente, aunque el ganadero perdiera el 20%", pero no pueden contratar un seguro porque la póliza "me costaría más que las bajas que tengo en un año. Asegurar todo el ganado son 5.000 u 6.000 euros".

Los cazadores del coto no tienen mucho interés por cazar el lobo "prefieren tirarle a las perdices y alguna cabeza de corzo". José Prada vuelve a hacer gala de su prudencia porque el coto le dice que Medio Ambiente no da permisos y Medio Ambiente a su vez dice que sí dan permisos. Al norte del Duero, como son estos territorios, sí es especie cinegética y por tanto cazable. A diferencia de la Reserva Regional de la Sierra de la Culebra, dentro del parque natural del Lago de Sanabria la administración no compensa los daños del cánido.

Los ganaderos de la zona se han preocupado de mejorar y mantener los pastizales de alta montaña con los planes de desbroces de la Junta. Unos planes que, en su caso, le permitieron acondicionar 80 hectáreas de pastizal, pero que no sabe lo que ocurrirá al desaparecer las ayudas silvopastorales "porque un ganadero no puede asumir el elevado coste de mantenimiento en todo el área desbrozada. En unos años, si no hay un repaso con las desbrozadoras, se poblará la zona de monte bajo, pese al pastoreo extensivo de las vacas".

Prada es una persona dialogante que no ha tenido la oportunidad de sentarse a hablar con los responsables de Medio Ambiente, porque nunca ha podido ir a las reuniones que hacen en Zamora con los representantes de los ganaderos "y sí me gustaría que alguna vez los jefes vinieran a hablar aquí con nosotros para que podamos contarles estas cosas".