Cerca de un millar de personas asistieron ayer a los actos centrales de la Virgen de la Tuiza, Nuestra Señora de las Nieves, en su santuario situado entre Lubián y Chanos. La imagen y su romería se ha forjado el título de protectora de las gentes de la Alta Sanabria, y así la afluencia fue importante pese a las previsiones de mal tiempo.

Tres regalos recibió ayer la patrona: un nuevo estandarte, una restauración de su policromía y, casi el más importante, una procesión completa. Una intensa tormenta se invitó a los actos poco antes de la una de la tarde, momento en el que debía procesionar la imagen. El hecho de retrasar la salida para después de la misa permitió que el estandarte saliera, detrás de la cruz procesional y el pendón, antecediendo el paso de la imagen. La procesión que sabe a poco alrededor del templo mantiene la costumbre de los últimos años de alargar un poco el recorrido, a paso muy lento para dar la oportunidad de disfrutar a los feligreses de este momento.

Aún hubo un cuarto regalo "ensayado" para la Virgen y para los vecinos más mayores del pueblo, la interpretación de una antigua letra que se le cantaba a la Virgen, la canción de la Tuiza. Una música que desde hace años no se tocaba, señalaba una vecina al pie del Altar Mayor que tarareaba la melodía cuando la Banda de Gaitas de las Portelas interpretaba los primeros compases. Más regalos se anunciaron para el santuario, aunque éstos están por llegar en un futuro no lejano. La restauración de los dos retablos laterales, de María Magdalena y San Juan Bautista, comenzará próximamente como explicó el párroco, Jorge Flórez, especialmente entusiasmado con la festividad de la Tuiza en el santuario que "es el paraíso" en la tierra. Agradeció a todos los vecinos y ayuntamiento las aportaciones hechas para ir mejorando el santuario, en una parroquia "pobre".

Y entre chaparrón y chaparrón los asistentes a la romería disfrutaron de la presencia de medio centenar de puestos repartidos entre la feria de productos y el colectivo de artesanos "RegalArte" que desplegó un amplio catálogo de productos elaborados con mimo. Hasta la lluvia está programada en las actividades de la romería, con un amplio despliegue de carpas para los vendedores, los músicos, los comensales y el público que no encontró sitio en la iglesia pero se resguardó a cubierto.

No un catálogo, pero sí un repertorio musical fue el que interpretó la Banda de Gaitas de As Portelas, que invitaba a bailar. Y para cerrar las dos jornadas de fiesta se preparó mesa y mantel a base de ternera asada.