El agua vuelve a ser un quebradero de cabeza para los vecinos de Castro de Alcañices que a su ya casi "histórica" imposibilidad de utilizarla para el consumo debido a los elevados niveles de arsénico se ha sumado el corte total del suministro durante los dos primeros días de agosto. Por si no fueran pocos los tres años que hasta este pueblo perteneciente al Ayuntamiento de Fonfría se desplaza cada semana una cisterna para suministrar agua a sus habitantes, el 1 de agosto los depósitos se quedaban vacíos privando del líquido para algo tan básico como el aseo o el lavado de ropa.

El problema se solucionó el sábado con la recarga de los depósitos pero "salía completamente turbia, ayer (por el domingo) era barro; imposible para cualquier uso" se queja uno de los vecinos. "No se puede permitir que teniendo el río Duero al lado nos veamos en estas condiciones. Hay dos depósitos y los han dejado agotar, no se para qué tenemos un Ayuntamiento y un alguacil" apunta Santiago Santiago.

Tal es el hartazgo de este pueblo con situación del agua que el alcalde de Fonfría, en otras ocasiones más "comprensivo" con la Diputación, ayer no ocultaba su malestar. "Cuando el viernes por la noche me llamó un vecino diciendo que no había agua, me llevé un sofocón. No hemos podido actuar más rápido: el sábado por la mañana ya estaba el electricista enchufando las bombas pero las captaciones de los depósitos no son inmediatas". Jesús Lira lamenta lo ocurrido; "estaba el auxiliar de servicios de vacaciones y luego hay vecinos irresponsables que prefieren regar los huertos que tener para poner las lavadoras. Todos los veranos emitimos un bando pidiendo que no se derroche agua y menos cuando hay escasez, pero hay personas que no hacen ni caso".

Consciente del hartazgo del pueblo con un problema para e que el tres años después no se ha encontrado solución, Jesús Lira se desplazó ayer a la institución provincial y, según sus propias palabras, "tuve una discusión fuerte". Según ha apuntado "me dicen que el 25 de julio se aprobó el proyecto de la potabilizadora con un presupuesto de 89.000 euros pero los vecinos no entienden, ni yo mismo, por qué se tarda tanto en hacer la obra". En el pueblo ya no se creen las promesas ni los plazos, "pero yo estoy todo el año mareando la perdiz" se defiende Lira.

Santiago Santiago lamenta las carencias que sufre Castro "después de que Fonfría se lleva cada año 135.000 euros del salto. Que nos explique el alcalde por qué no hace públicos los gastos que se le han pedido un montón de veces y es su obligación".