Dos radares de la provincia se encuentran entre los diez dispositivos de este tipo que concentran más infracciones en toda Castilla y León. Se trata del ubicado en el kilómetro 99 de la A-52 (Rías Bajas), a la altura del túnel de Padornelo en dirección Benavente, que ha dado lugar a la imposición de 21.845 sanciones entre junio de 2013 y mayo de 2014, y el ubicado en el kilómetro 14 de la A-52, pasada la salida de la localidad zamorana de Quiruelas de Vidriales, en dirección Benavente, con 7.302 infracciones. Ambos ocupan el segundo y décimo lugar de los radares fijos más sancionadores de la Comunidad.

Aunque la mayoría llevan años instalados y todos están perfectamente anunciados, casi la mitad de las multas de tráfico que se tramitan en Castilla y León son impuestas por algunos de los 82 radares fijos que la DGT tiene repartidos por las nueve provincias. Sólo entre junio de 2013 y el pasado mes de mayo, estos dispositivos 'cazaron' a más de 221.000 conductores.

Además, el 62 por ciento de las infracciones, un total de 137.495, se concentra en diez radares. El ránking de los más sancionadores en este periodo está encabezado por el cinemómetro instalado en el kilómetro 160 de la A-66 (Ruta de la Plata), a la altura de la salida de la localidad de Valdevimbre (León), en dirección norte, con 30.244 infracciones detectadas.

El tercer radar se sitúa en el kilómetro 194 de la A-1, antes de la localidad burgalesa de Lerma, en dirección Burgos, que contabilizó 18.938 infracciones, mientras que el cuarto con más multas se encuentra en Tordesillas (Valladolid), en el kilómetro 156 de la A-62 en dirección Salamanca, con 12.638 infracciones. También por encima de las 12.000 multas aparece el ubicado en el kilómetro 156 de la AP-6, entre las localidades segovianas de Villacastín y San Rafael, en dirección Madrid.

Aunque ya con 8.839 infracciones, el sexto radar de este ránking se ubica a la A-6 a la altura de la localidad vallisoletana de La Seca -kilómetro 171, dirección La Coruña-, por delante del instalado en en el kilómetro 234 de la A-1, antes de la intersección con la ronda exterior BU-30, en dirección Burgos, con 8.678. También en la provincia de Burgos, aunque en este caso en Pancorbo, en el kilómetro 302 de la N-I, dirección Madrid, se encuentra otro de los cinemómetros que detecta más infracciones (8.350). En Palencia, el instalado en el kilómetro 7 de la A-67, en dirección Valladolid, registró 8.245 infracciones.

Desde la DGT en Castilla y León, se destaca que la tendencia general es que los conductores reduzcan su velocidad a su paso por los puntos de control. De hecho, los estudios que se realizaron desde el Centro de Gestión de Tráfico ubicado en Valladolid tras la primera instalación de cinemómetros reflejaron la conclusión de que el conductor reduce su velocidad desde aproximadamente kilómetro y medio antes de llegar al punto donde se encuentra el radar y, una vez pasado este punto, continúa circulando con una velocidad más moderada en torno a 500 metros. Desde luego, fuentes de la DGT aseguran que "el efecto más claro de reducción de la velocidad se encuentra en aquellas franjas de velocidad con mayores excesos, en donde se puede afirmar que el efecto ha sido que prácticamente no se circule con grandes excesos de velocidad".

Provincias

León y Burgos, ambas con 14 radares fijos, se sitúan a la cabeza, por delante de Valladolid y Zamora, donde están ubicados nueve en cada caso. En Salamanca son ocho los dispositivos de control de velocidad, mientras que en resto de la provincias, Ávila, Palencia, Segovia y Soria son siete.

Teniendo en cuenta los kilómetros de la red de carreteras -más de 32.000 en Castilla y León- y el número de radares, la media se sitúa en 2,45 por cada mil kilómetros, según un estudio realizado por la compañía de defensa del automovilista de Dvuelta.