Las cooperativas Agro-alimentarias de España, Asaja, Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) y Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) presentaron ayer un documento en el que exigen la defensa de la ganadería extensiva ante la nueva aplicación de la Política Común Agraria (PAC).

Las organizaciones agrarias han elaborado un documento con el fin de sensibilizar a los responsables de las instituciones nacionales y a las comunidades autónomas, que están interviniendo en el proceso de definición del nuevo modelo de la PAC, para que consideren una «prioridad» asegurar su preservación para las generaciones futuras y «evitar una paulatina disminución» de estas prácticas ganaderas, que está conduciendo a la desaparición del paisaje y modo de vida tradicionales en estas zonas.

La ganadería extensiva en España está compuesta por el ovino, caprino y vaca nodriza junto a corderos, cabritos y terneros nacidos en la explotación, y constituye un elemento sustancial en el mantenimiento del paisaje tradicional nacional, además del importante papel medioambiental que ejerce, así como el aprovechamiento de los recursos naturales.

El presidente de Cooperativas Agro-alimentarias, Fernando Marcén, destacó que la ganadería extensiva necesita «un reconocimiento específico», ya que es una «ganadería muy especial». «Su futuro está más que negro, está muy difícil y forma parte de nuestro patrimonio y es parte de nuestra historia», ha señalado en rueda de prensa.

Por su parte, el presidente de Asaja, Pedro Barato, reiteró que su asociación está «muy preocupada» por este sector que «no puede sufrir discriminaciones con otros sectores productivos españoles». «Es un sector muy sensible. Queremos una concreción en este sector y desde luego la ganadería extensiva debe ser considerada como sensible», ha subrayado.

De la misma opinión es el mandatario de COAG, Miguel Blanco, que ha denunciado que la nueva PAC «margina» a la ganadería, pero sobre todo a la extensiva, ya que considera que no regula las producciones, ni los mercados «y tiene como consecuencia la volatilidad de los precios en origen y también el encarecimiento de los costes de producción que tiene que soportar el sector».