La capa parda alistana de honras es una prenda usada exclusivamente por los hombre que está realizada en el tradicional grueso paño alistano casero de color pardo (obtenido de la raza autóctona de ovino castellana negra) de gran rusticidad y aspereza, muy bien enfurtido a golpe de los batanes ubicados antiguamente en los ríos Aliste, Frío y Manzanas. Su visión, puesta en sobre el cuerpo es sencillamente magnífica.

La indumentaria tradicional consta de tres partes claramente diferenciadas, siendo una de ellas la «esclavina» de flecos que protege su parte posterior, de donde arranca la «capucha» de forma puntiaguda, muy ancha, de capillo, de cuyo pico pende hacia atrás una banda triangular llamada «chiva»: giro vernáculo de la palabra «chia» con la que se denominaba la cinta que colgaba de la caperuza en los siglos XV y XVI.

La decoración de la pieza consistía principalmente en picar el paño negro sobre el paño pardo natural de la lana. Otras veces, se hacía al revés, aplicando finas celosías pardas encima de retazos de paño negro. La vuelta del capillo, la esclavina y la chiva se decoraban con los picados. Frecuentemente se decoraban dos bandas sobre los hombros y los orillos delanteros de la capa parda.

El último gran artesano de la capa parda que Juan Gallego Baz de Bercianos. Afamados fueron más antiguamente el «Río Sebastián» de Las Torres y el «Tío Periles» de Palazuelo de las Cuevas. También contaron con sastre Tola y San Juan del Rebolla, pero estos al carecer de batanes, compraban el paño en Codesal, al padre de Argimiro Crespo.

«Estamos ante un vestigio que pudiera tener vinculaciones con las indumentarias de la Edad Media»

<Ricardo Flecha Barrio >

Presidente (Zamora)

«Nuestra capa es una de las prendas con más historia y mejor diseño de la península ibérica»

<Daniel Ferreira Fernández >

Vicepresidente (Grisuela)