Las máquinas cosechadoras ya están en las parcelas y los nervios hacen temblar al mercado cerealista. Cada uno arrima el ascua a su sardina. Compradores y cerealistas no se ponen de acuerdo sobre rendimientos. Es lógico. Hay muchos intereses y mucho dinero por medio. De momento, no hay precios. La sesión de ayer de la Lonja de Zamora repitió el guion: subida del porcino de cebo y los lechazos.