Apenas recuperados del asesinato de una anciana de 79 años de edad, el 15 de noviembre del año pasado en Alcañices, la comarca de Aliste vuelve a ser sacudida cinco meses después por la tragedia. En esta ocasión por la impactante y desgarradora muerte de todos los integrantes de una misma familia en Vegalatrave. El suceso rompe la estadística anual de homicidios, que suele ser de uno o ninguno.

El pequeño pueblo de 120 habitantes despertaba con la estremecedora noticia del fallecimiento de Luis José Oliver, de 74 años de edad; María Asunción Peña, de 62; y su único hijo José Luis Oliver, de 37. Unos vecinos de vida sencilla y discreta, integrados en la comunidad y con buena relación con el resto de residentes. El luctuoso desenlace del matrimonio y su hijo, desatado en la intimidad familiar y perpetrado por Luis José, convirtió a la pequeña localidad, en pocas horas, en un hervidero de periodistas, que a las once de la mañana se alineaban ya frente a la casa, acotados por la Guardia Civil, para informar sobre lo ocurrido casi tres horas antes, entre las 8.30 y las 9.00, sobre un suceso que abrió ayer todos los telediarios y boletines informativos de las emisoras de radio.

Se trata de los dos primeros homicidios registrados en la provincia, el de la mujer y su vástago; no así el suicidio del parricida, que engruesa la lista de otros zamoranos que han decidido quitarse la vida en lo que va de año. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Zamora, de guardia el día del suceso, será el encargado de llevar a cabo la investigación sobre las circunstancias que rodearon la muerte de los tres vecinos de Vegalatrave, si bien resultará prácticamente imposible conocerlas, al no haber testigos presenciales y descartarse de antemano que pueda estar relacionada con algún episodio precedente de violencia de género o de violencia doméstica (de padres a hijos o viceversa). De modo, que el caso está abocado al archivo, al haber fallecido el autor de los disparos que pusieron fin a la vida de María Asunción y José Luis, madre e hijo.

La única información que se podrá conseguir, tras las autopsias de los cadáveres, servirá para conocer con mayor exactitud la posición de quien disparó y sus víctimas, así como la hora aproximada de la muerte, muy cercana al momento en que fueron localizados los cuerpos. Se descarta, pues, como se indicó en las horas preliminares al hallazgo de los cadáveres, que el fallecimiento tuviera lugar mucho antes de las 8.30 horas, puesto que no presentaban ningún signo de amoratamiento.

A lo largo de la mañana, corrieron numerosas hipótesis sobre las causas de la muerte: Desde que el hijo y la madre podrían haber muerto intoxicados o tras haber decidido quitarse la vida ingiriendo algún medicamento hasta que alguien pudo utilizar algún mecanismo para asfixiar a la mujer y el joven de 37 años. Incluso la subdelegada del Gobierno, Clara San Damián, llegó a indicar que «no se descarta ninguna hipótesis» a las 12.45 horas, lo que llevó a sospechar que pudo haber algún intento de robo, puesto que rehusó responder sobre si en el interior de la casa se encontraron huellas de terceras personas o pruebas que indicaran un posible asalto a la vivienda de la calle Vereda, de Vegalatrave.