El diputado del Patronato de Turismo, José Luis Prieto Calderón, subrayó ayer la importancia de la Sierra de la Culebra «no solo por el potencial turístico de su riqueza cinegética, es Reserva Regional de Caza, sino por la importancia capital para el turismo de la provincia en cuanto a la cantidad de recursos que tiene, ya sean culturales, gastronómicos, etnográficos». Prieto realizó estas declaraciones en el acto de presentación de la «Guía turística de la Sierra de la Culebra» obra de Benito Pascual Asensio, y editada por «Efectivamente Comunicación S.L.» representada por José Carreño Lozano. La publicación, de la que se han editado 10.500 ejemplares, se distribuirá en las oficinas de Turismo y en los centros concertados de la Sierra de la Culebra, y en mayo se presentará en el Festival de la Máscara Ibérica de Lisboa. La obra de 184 páginas y 293 fotos inéditas del territorio, se ha sufragado dentro del Proyecto Integral de Desarrollo Local «Tierra y Agua». El diputado precisó que la guía es «estudio completo sobre la Reserva».

«No se trata de una guía al uso ni un recetario de lugares sino de una guía muy visual y un compañero perfecto de viaje para conocer la Sierra», que comienza con un capítulo esencial para que el viajero sea respetuoso con el medio ambiente. «Queremos preservar esas zonas que están aún sin explotar por el hombre». La propuesta pasa por la gastronomía, un recorrido por la historia, sus productos, la flora y la fauna y su importancia como Reserva del Lobo. El recorrido culmina con 20 rutas con título sugerentes.

Unas rutas que se han hecho paso a paso y con la mochila al hombro de su autor Benito Pascual, conocedor profundo de este espacio natural donde ejerció durante 11 años como profesor del Centro de Educación Ambiental de Villardeciervos, donde comenzó a gestarse esta obra. La obra, «una pequeña joya», combina el rigor y el cariño con la propuesta del viaje de los sentidos. El 60% de la guía gira alrededor de las rutas para el viajero a pie o en bicicleta y dirigida a todo el público general, que discurre por una zona forestal de gran valor. Está estructura en tres áreas, la primero describe la esencia de este espacio natural, la segunda expone la riqueza del patrimonio humano que vive en este entorno y el tercero propone un conjunto de 20 recorridos de lo más diverso. Capítulo a capítulo recoge todo el ciclo natural y las celebraciones esenciales de cada pueblo, como sus mascaradas y sus celebraciones religiosas, a lo largo del año. Especial protagonismo tiene en este viaje de papel el guardamontes, que evoca a uno de los referentes de la Sierra, el desaparecido guarda Manuel Juárez, de Robledo.

Las rutas están descritas en primera persona bien localizadas y con descripciones técnicas y de geolocalización precisas en los itinerarios. La publicación ha sido también fruto de las vivencias de autor y de situaciones como «encontrarte perdido en la Sierra», en Cabañas de Aliste, una noche de enero de 1993, y a las once de la noche encontrar una manada de lobos en plena aullariza «se me pusieron los pelos de punta. Lo único que se me ocurrió fue correr». Cuando paró su carrera llevaba a la espalda su mochila de 12 kilos de la que no se desprendió en su huida. Si tuviera que elegir, el autor se quedaría con las charlas con las personas que viven en estos pueblos, que le sorprenden a menudo, como ver a una mujer de 80 años subir al campanario de Sagallos para tocar las campanas.