«Creemos que si la planta de fabricación de torres eólicas de Coreses Alstom Wind Altamira sigue abierta hasta el 2015, cuando pase la crisis, sobreviviremos seguro porque esto repuntará. El problema es que como cierren no lo volverán a abrir. Y no vemos comprensible que se haya firmado un contrato millonario en Brasil, se firmara otro en Canadá, se vaya a firmar otro en Méjico, en Marruecos otro y que, cuando tienen tanto trabajo, cierren una planta. Creemos que apoyando económicamente y presionando al gobierno central, para que fomente las primas recortadas a las energías renovables, podemos hacer que esta planta sobreviva», según expresó ayer el presidente del Comité de empresa de Altamira, Agustín Bonis Domingo.

El convencimiento de que «con el impulso de la administración y si esta presiona a Alstom, con los contratos de trenes, metro y demás, se puede hacer algo por mantener la empresa aquí», fue lo que llevó ayer a los trabajadores de Alstom Wind a realizar una marcha reivindicativa, desde el polígono industrial de Coreses hasta la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León, en Zamora, para reclamar «que las administraciones públicas se movilicen y poder así parar el cierre de la planta de Zamora».

El pasado jueves, responsables de Alstom explicaron en Madrid a los comités de de las diferentes factorías españolas que el cierre está motivado «por la pérdida de un 73% del comercio en España y por la supresión de las primas aplicada por el Gobierno, que no compensan las pérdidas». Unas cifras que los afectados no consideran creíbles, y que sostienen que la verdadera razón es «la deslocalización de los puestos de trabajo».

El delegado Alberto Castro recibió a la representación de los trabajadores de la planta de Coreses y ofreció «todo el apoyo institucional para que la empresa reconsidere su postura». Les reconoció que «el mayor problema es el paro», puntualmente, dijo, «para una empresa que contó con todo los apoyos institucionales, cuando se inició con el grupo Mondragón y con una tecnología, en su día, punta en la construcción de eólicos».

Castro afirmó «tener constancia de que Consejería de Economía se ha puesto en contacto con la empresa Alstom para que dé explicaciones, que no lo había dado», y aludió a que las razones «son puramente económicas». Insistió en que la Junta «seguirá dialogando para que reconsidere el cierre». Destacó asimismo el hecho de tratarse de una empresa «multinacional» e hizo hincapié en que «los trabajos energéticos no dependen de Castilla y León, asi como que la situación, en cuanto a primas, no es atractiva para renovar los proyectos que están sobre la mesa».

Agustín Bonis, por su parte, afirmó que «no se puede permitir que dejan a España sin industria». Señaló que «compraron la Ecotècnia en el año 2007, y que el conocimiento de I+D es español y no se puede dejar marchar la tecnología fuera».

Respecto a las subvenciones, Castro indicó que la Junta «había dado una subvención de 110.000 euros al grupo Mondragón, en su día, y que sirvió para que la planta se instalase en Zamora y para generar puestos de trabajo para los jóvenes, durante años». También señaló que se había concedido una ayuda «de más de 600.000 euros pero que no llegó a cobrarse por incumplirse los requisitos establecidos por la Unión Europea». Respecto a Alstom dijo que la Junta de Castilla y León «no ha abonado ninguna subvención».

Populares y socialistas han propuesto a la Corporación de Coreses han presentado una moción conjunta para que el Ayuntamiento manifieste su desacuerdo total con el cierre de la planta . Así como a instar a la dirección de la empresa a adoptar las medidas necesarias para dar viabilidad a la planta afectada, adoptando los mecanismos más adecuados para garantizar la permanencia de todos los puestos de trabajo de esta fábrica.

La marcha reivindicativa de los trabajadores de Alstom Wind partió de la misma factoría de Coreses, pasadas las nueve de la mañana, tras ser informados los trabajadores por el comité de empresa de la información facilitada por la empresa el día anterior en Madrid. Los trabajadores, que contaron con el arropamiento de otros familiares, amigos y vecinos, hicieron el recorrido por la N-122, con la presencia de efectivos de la Guardia Civil, que controló el tráfico.

Al llegar a la avenida de Requejo fueron recibidos y respaldados por el colectivo de trabajadores de «Zamora Limpia», inmersos, por su parte, en una dura negociación cuyo desarrollo fue interrumpido para dar su apoyo a los obreros de Altamira. Fue un encuentro emotivo y sentido, seguido con cierta expectación por algunas personas. «Es lo que falta a Zamora, que cierren una empresa con más de cien trabajadores. Como tenemos tantas...» expresaba un hombre un tanto sorprendido por la concentración de trabajadores frente al edifico de Cultura y Trabajo de la Junta. Finalizaron la marcha ante la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León, donde gritaron consignas como «más trabajo, menos corrupción».

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