El delegado Territorial, Alberto Castro, expresó ayer su voluntad de «tender la mano a los sindicatos para ver cómo se puede resolver la reestructuración» y aseguró que «no se deja de prestar servicio» a los usuarios de las unidades veterinarias de Manganeses de la Lampreana, Tábara y Santibáñez de Vidriales. Castro reconoció que se han mantenido reuniones con los alcaldes «para intentar prestar el servicio de la mejor manera posible», e insistió en que «la bajada de las explotaciones es significativa en el ámbito global de la provincia», así como que no existe más actividades agroalimentarias, que es otro de los cometidos que tienen a su cargo los veterinarios de estas unidades. También hizo referencia a que, entre las posibilidades, está el desplazamiento de los veterinarios a las oficinas «dos o tres veces por semana», y reiteró la voluntad de hablar con los alcaldes para tratar sobre la reestructuración.