Cientos de personas disfrutaron ayer de la cara amable de la nieve en el Parque Natural del Lago de Sanabria. En una jornada marcadamente festiva y lúdica decenas de familias pasaron el descanso dominical en el entorno de la Laguna de Peces y en el altiplano de la Sierra Segundera. Ni el viento ni el frío trastocaron las horas de expansión en los juegos invernales. Algunos visitantes reconocían que al menos una vez visitan, en invierno, el enclave sanabrés con los más pequeños de la familia.

Desde las 10 de la mañana el aparcamiento situado en el extremo de la carretera comenzó a llenarse de vehículos, que llegó a colmarse y a obligar a los conductores a estacionar en el borde de la carretera. La estampa en la montaña era de recreación, con de decenas de trajes de la nieve visibles por aquí y por allá. La Laguna de Peces, con toda su superficie helada, se brindó como pista de patinaje para principiantes, mientras que las laderas eran los trazados idóneos para deslizarse con los trineos.

Un numeroso grupo de amigos y vecinos del barrio de San Lázaro usaban la acumulación de nieve en la vía como pista para deslizarse mientras seleccionaban una laderas para deslizarse pequeños y mayores. Reconocían que todos los años al menos una vez visitaban la zona. Unos metros más adelante otra familia zamorana también disfrutaba con los niños, que jugaban a lanzarse bolas de nieve a placer. También son visitantes asiduos de la nieve en Sanabria. Es visible la evolución del equipamiento porque los plásticos ya son excepcionales. Niños de corta edad tienen en el entorno de Peces su primer recreo de nieve y las montañas que dejan las quitanieves a la entrada del aparcamiento sirven para usar los patines por primera vez. En ellas se suceden las caídas y las risas. Hasta las mascotas acompañan a los juegos.

La Laguna de Peces concentró buena parte de los visitantes. Ayer aparecía cubierta con una gruesa capa de hielo capaz de sostener el peso de los patinadores. Las largas jornadas de nevadas han acumulado un manto grueso, resistente todavía al sol. El trazado adaptado hasta la laguna permite que personas con discapacidad puedan acceder a la orilla del espacio lacustre por la senda que recorre la ladera desde el estacionamiento, en un descenso cómodo. La afluencia ha animado la actividad turística en los núcleos de servicios del Parque Natural y especialmente en San Martín de Castañeda, donde sus habitantes se recrearon con el trasiego de vehículos y disfrutaron de los últimos rayos del sol de invierno en los bancos y puertas.

Especial precaución hubo que adoptar en el tramo de Chanos de Anta porque las vacas en ganadería extensiva hacían acopio de sal, lamiendo la carretera, algo que los conductores más imprudentes con muchas ganas de adelantar en una carretera de montaña no tienen en cuenta a la hora de acceder a una zona que goza antes del uso ganadero que del uso recreativo. Los contenedores de basura del alto de Peces estaban ayer llenos de bolsas y plásticos y de algunos enseres más propios del verano que del invierno. Algunos visitantes olvidan que el parque no es un lugar para dejar lo que sobra, y aunque cada vez menos todavía se siguen tirando los plásticos.