La elevada edad de la mayoría de los propietarios de las ganaderías de ovino, la media se sitúa en los 60 años, se presenta como un muro difícil de sortear para el necesario recambio generacional a corto, medio y largo plazo. Mientras en sectores como el del vacuno, los jóvenes, suelen quedarse con las ganaderías de los padres, no sucede lo mismo con el ovino y el caprino «Porque esto es mucho más esclavo». Iniciarse es complicado «Solo si te deja la ganadería tu padre, empezar de cero es imposible».