La multinacional Alstom anunció ayer el cierre de la planta eólica de Coreses y la supresión de los 120 puestos de trabajo sujetos a la fábrica zamorana. La medida responde a un plan de ajuste de negocio del gigante francés en España, que supone el abandono de la fabricación de torres eólicas en nuestro país.

Esta reestructuración también conlleva el cierre de la planta de As Somozas (Coruña), cuya producción de equipamientos eléctricos se concentrará en fábrica de Buñuel (Navarra), y un recorte en la plantilla de las oficinas centrales de la compañía, ubicadas en Barcelona. En total, el reajuste dejará en la calle a 373 trabajadores en toda España.

Los empleados de la planta zamorana conocieron ayer la mala noticia de boca del vicepresidente de recursos humanos de la compañía, que se desplazó a Coreses para presentar el nuevo plan de reestructuración. Su visita fue convocada un día antes y la mayor parte de los trabajadores se enteraron de su visita durante la misma mañana de ayer.

El anuncio del cese de actividad de la planta de Coreses llega tan solo cinco días después del expediente de regulación de empleo suspensivo presentado el viernes pasado por la empresa, que suponía el cierre temporal de la fábrica durante nueve meses, desde mañana jueves hasta el próximo diciembre. Sin embargo, el nuevo plan de reestructuración de la compañía supone la extinción definitiva de los 120 puestos de trabajo de la planta zamorana.

Los representantes de la plantilla tendrán que iniciar ahora un proceso de negociación con la multinacional, que se ha comprometido a estudiar individualmente los casos de cada trabajador, a los que se ofrecerá posibles recolocaciones, jubilaciones y, en último término, despidos. En un comunicado remitido por la propia multinacional, muestra su compromiso «a ayudar con todos los medios a su alcance a todos los empleados afectados». Además, en el mismo escrito destaca que «conforme a los acuerdos colectivos de la compañía, la puesta en marcha de este plan estará estrechamente ligada a la información y procesos de consulta de los representantes de los trabajadores a nivel europeo y nacional».

Por su lado, el comité de empresa de la planta eólica zamorana espera la implicación de las administraciones públicas, por la repercusión que va a tener este cierre de una de las empresas más grandes de la provincia. Según destacan, el cierre de la planta no sólo afectará a 119 puestos de trabajo directos, sino también a otros empleos indirectos, de subcontratas y proveedores, sin olvidar la profunda crisis que atraviesa ya la provincia, que en la actualidad supera los 19.000 parados.

La empresa justifica su plan de ajuste de su negocio eólico en España en su intención de adaptarse a la profunda crisis que vive el sector en nuestro país. La multinacional asegura que «la crisis económica y la ausencia de un marco regulatorio estable han frenado la demanda interna». Además, explica que «la exportación a otros mercados está limitada, bien por los requerimientos de producción local, bien por la fuerte presión de los precios consecuencia de la sobrecapacidad mundial». Por ello sostiene que su objetivo es adaptar su negocio a la nueva realidad del mercado para garantizar su sostenibilidad futura.

Aún así, según el plan presentado ayer, España continuará siendo la base de conocimiento y desarrollo tecnológico de la multinacional Alstom Wind. El grupo confirma su compromiso de reforzar el centro global de I+D, ubicado en Barcelona, y mantener la sede mundial de la división eólica en nuestro país.