La Junta de Castilla y León ha detectado en las alisedas de las riberas alistanas el «chancro», terrible enfermedad que en los años ochenta extinguió los milenarios negrillos (olmos) y en la actualidad está diezmando las poblaciones de castaños centenarios tanto en España como en Portugal. La muerte llega mediante la pudrición de la raíz y el collar ocasionada por la especie «Phytophthora», un patógeno muy perjudicial que representa una amenaza para los alisos de Europa poniendo en grave peligro la estabilidad de los ecosistemas riparios.

Los habitantes de la comarca ya habían mostrado su sorpresa y preocupación por el inusual secado de alisos jóvenes y mayores. La sequía del pasado verano aceleró la plaga y fue entonces cuando la Consejería de Medio Ambiente prohibió temporalmente todos los permisos para la corta y la poda de alisos.

Ahora la prohibición se levantará y el Jefe de la Sección Territorial II de Medio Ambiente dirigirá en los próximos días una circular para conocimiento público a todos los ayuntamientos de la comarca con las medidas preventivas de obligado cumplimiento para evitar la propagación entre las alisedas.

El Centro de Sanidad Forestal de Calabazanos (Palencia) de la Consejería de Medio Ambiente (Dirección General y Servicio de Defensa del Medio Natural) ha elaborado un informe de actuaciones preventivas contra la «Phytophthora alni» en las alisedas de la región.

Las medidas buscan mantener la salubridad y buen estado de los cauces: «En las riberas donde se haya detectado se debería evitar la plantación de alisos», y el riego de viveros con agua procedente de ríos, sobre todo en los que se haya detectado la enfermedad, las repoblaciones con fauna acuícola procedente de cauces infestados, controlando el movimiento de madera de aliso para evitar la diseminación de la enfermedad fuera de las zonas contaminadas. Se aconseja así mismo regular la actividad antrópica en los cauces contaminados: «Pesca, actividades selvícolas, tomas de aguas para agricultura o industria y vigilancia fluvial» de manera que no favorezca la propagación».

Los expertos del Centro de Sanidad Forestal aseguran que: Los principales síntomas son bastante inespecíficos y por tanto no atribuibles directamente a una única causa: «Decaimiento en ramillos que se traduce en microfilia (hojas pequeñas), clorosis (amarillamiento) y ramillos menos poblados (síntomas que pueden detectarse durante el período vegetativo) que producen copas menos densas, así como aparición de manchas negras en la parte externa de la corteza hasta los 2 y 3 metros de altura (lo que indica la muerte de los tejidos del interior, que adoptan tonalidades rojizas), pudrición del cuello y de las raíces (síntomas que pueden detectarse todo el año).

La nueva especie de «Phytophthora», considerada por los expertos fitosanitarios europeos como «bastante agresiva», fue identificada por primera vez en España morfológica, fisiológica y molecularmente sobre «Alnus», en el mes de julio de 2009, en una muestra de aliso procedente de la comunidad autónoma de Galicia: en la ribera del río Avia en Orense.

Tras el correspondiente muestreo se descubrió que el patógeno estaba ya en La Coruña, Lugo y Pontevedra, desde donde previsiblemente paso a Castilla y León. Se trata de un hongo que ya era conocido en diferentes países de Europa, siendo especialmente agresivo en el Reino Unido donde se detecto en los años noventa.

La «Phytophthora», procedente del griego plytón (planta) y phthorá (destructor de plantas), que lo describía por primera vez en 1875 Heinrich Antón de Bary, es una protista que ocasiona las plagas en las plantas.