Sesenta días. Tantos como dura ya la resistencia numantina protagonizada por los vecinos de Muelas del Pan que cada noche, cuando todavía no han dado las diez y hasta las doce, «toman» el Centro de Guardias para defender los servicios sanitarios tal y como estaban antes de que los tan denostados recortes les dejaran sin Urgencias por la noche y con la consulta diaria mermada. «Nos quieren quitar lo que tenemos, no están los médicos cuando tienen que estar, vienen cuando les parece o cuando puedan; no sé. Pienso aguantar hasta el final». A sus 75 años, Anselmo Villar es de los que no suelen faltar a la concentración que cada noche reúne a más de una treintena de vecinos convocados por la Plataforma Tierra del Pan, Alba y Aliste «Quieren Vida», que abandera esta incansable protesta para reclamar el mantenimiento del servicio de urgencias las 24 horas en el centro de salud de Muelas del Pan. Desde que se aprobó la reestructuración sanitaria han cerrado de diez de la noche hasta las ocho de la mañana.

Hombres y mujeres, muchos de ellos ancianos porque así es la mayoría de los habitantes de este municipio y en general del mundo rural, abandonan sus casas cada noche y desafían a las bajas temperaturas para mantener viva esta protesta que ya resulta singular por su duración. Saben que les va mucho en ello. «La gente empezó con miedo pero cada vez está más convencida de que tenemos que seguir» mantiene Antonio Rapado, portavoz de la Plataforma Tierra de Alba, Pan y Aliste «Quieren Vida». Entre los más jóvenes, hijos y nietos del vecindario que en algunos casos no viven en el pueblo pero reclaman los servicios sanitarios para los suyos.

Además de las concentraciones diarias, cada sábado la Plataforma convoca también un acto de protesta que el próximo día 22 trasladarán a Zamora y el 29 a Valladolid en una acción coordinada con el resto de plataformas en defensa de la sanidad rural que han surgido en Castilla y León.

«La gente está muy concienciada y esto no va a parar hasta que las Urgencias vuelvan a funcionar las 24 horas» advierte Antonio Rapado. «Están viniendo a manifestarse personas de 90 años, saliendo a la calle a cuatro grados bajo cero. Dicen que están mejorando la gestión de la Sanidad pero vemos en manos de quién estamos. Como no hay sustitutos los médicos llegan a las consultas a deshoras. Ayer (por el viernes) sin ir más lejos, no ha llegado hasta las dos menos cuarto y ahí tenías a la gente desesperada, sin saber a qué atenerse».

Esos inconvenientes que sufren los pacientes en sus carnes es lo que les lleva a dejar su casa cada noche y sumarse al encierro de dos horas. Entre ellos, el matrimonio formado por Florián Gato (81años) y María Ramajo (74), o Magdalena Rapado que saca fuerzas de sus 83 años de existencia para, a su edad, sumarse a esta protesta por la defensa de un servicio básico.

«Como ya somos mayores querrán que nos muramos todos porque de otra forma no se entiende lo que están haciendo» manifiesta Florián Gato. «Somos gente bastante mayor y no se nos puede dejar así». Y con ese argumento cada noche acude con su mujer a la protesta en el centro de guardias en Muelas. «Igual que en una fábrica cuando se marchan unos obreros llegan los otros pues lo justo sería con la sanidad».

«La gente está con la moral muy alta» insiste Rapado. Tanto que ya se piensa en una Nochevieja muy particular. Si las cosas siguen igual, los vecinos de Muelas junto a otros de la zona también afectados como Almaraz, Ricobayo o Villalcampo «tomaremos las uvas aquí». Y comerán el turrón gracias al gesto de una persona que ha donado una cesta de navidad para sortear entre la gente que acude a los encierros nocturnos. La sortearán el último día del año.