La comarca de Aliste, Tábara y Alba se ha visto obligada a cerrar, a causa de la crisis y de los recortes en las ayudas institucionales, tres de las siete Agencias de Desarrollo Local (seis municipales y una comarcal) que durante los últimos años han contribuido a dinamizar el desarrollo social, económico y cultural en los pueblos mediante el asesoramiento e incluso elaboración de iniciativas tanto a los propios ayuntamientos como a los ciudadanos que querían poner en marcha alguna actividad.

Los ayuntamientos de Tábara y Muelas de del Pan (Ricobayo de Alba, Cerezal y Villaflor) son los únicos municipios que mantienen las agentes con fondos propios. Ana Herrera Corchero e Isabel Macías Espinosa vienen desarrollando una intensa labor en cada uno de sus municipios. En Riofrío el agente Francisco Martín desarrolla su trabajo desde octubre en el proyecto «Los Desiertos Verdes», que se ejecuta dentro del programa Life-Plus de la Unión Europea. En el Ayuntamiento de Villalcampo las ayudas institucionales para la agente alcanzan solo hasta este mes. Por su ámbito comarcal, la Agencia de Desarrollo de Aliste, Tábara y Alba, promovida por Sodeza (Sociedad para el Desarrollo Económico y Social de la Provincia de Zamora), es la que más huella ha dejado durante ocho años (2004 a 2012). Luis Miguel Mota, primera fase, y Alfonso Huertos, en la segunda, hasta el pasado martes, aparte de los trabajos encargados por la Diputación, fueron vitales a la hora de elaborar y darle forma a iniciativas de familias, asociaciones o ayuntamientos para presentarlas al programa comunitario de desarrollo rural «Leadercal» de Adata.

La mayoría de los pueblos, sin capacidad para pagar las nóminas

El primer ayuntamiento en contar con Agente de Desarrollo fue Riofrío (Sarracín, Abejera y Cabañas), donde Marifé Giraldo desarrolló una intensa labor en colaboración con el secretario Juan Barrio y la Corporación Municipal logrando sacar adelante el programa «Tradición Viva» que, entre otras cosas, supuso la puesta en marcha de los comedores sociales o la declaración de «Los Carochos» como Fiesta de Interés Turístico Regional de Castilla y León. Hasta el pasado mes de octubre mantuvo dos agentes.

En Villalcampo (Carbajosa de Alba), Paz Diéguez fue el alma máter del Aula del Burro de la Raza «Zamorano-Leonesa». Ferreruela de Tábara (Sesnández y Escober) llevó a cabo un importante trabajo.

La línea de ayudas habilitada en sus día por la Junta de Castilla y León, que no eran exactamente los Nuevos Yacimientos de Empleo, otorgaban subvenciones para la contratación de agentes de desarrollo local inicialmente por cuatro años, subvencionables al 80 % del total, posteriormente se podían realizar prórrogas una cuarta y quinta prórroga hasta el 30%, lo que suponía ya de por sí un aporte económico importante, para muchos inasumilble, que no todos los ayuntamientos han querido o han podido afrontar. El problema se ha acrecentado en este 2012 cuando ya ni siquiera ha existido una convocatoria oficial de ayudas de la Junta. El desamparo en que han quedado pueblos y ciudadanos ha impulsado entre alcaldes y vecinos la necesidad de buscar alguna fórmula para intentar al menos mantener abierta una agencia de desarrollo comarcal para los municipios que carecen de ella.