Quien quiera acercarse a conocer dónde están los restos «del mayor flamencólogo de nuestro tiempo» va a tener que desplazarse hasta Morales del Vino, localidad que custodia desde el 1 de diciembre las cenizas de José Blas Vega. Él eligió que fuera precisamente en el patio municipal que lleva su nombre, y a la sombra de una centenaria acacia el lugar en el que permanecer eternamente, prolongando así el hilo conductor de la historia del investigador con la Peña Flamenca «Amigos del Cante» de Zamora, con las autoridades locales y provinciales, con los vecinos de este pueblo y los alrededores que acuden el mes de julio a los festivales flamencos de Tierra del Vino y sin duda con muchas de las figuras del cante jondo que él conoció en vida.

La claridad que ofrecía el mediodía de ayer dejaba un frío intenso que impregnaba de desconsuelo el sentimiento de la familia que se había acercado hasta Morales del Vino, encabezados por su viuda, Maritere, y sus hijos José Manuel y María José, quienes respetando en todo momento la decisión de su padre se pusieron en contacto con el Ayuntamiento y la peña de Zamora para celebrar el íntimo acto de despedida y dejar reposar las cenizas de Pepe Blas en Morales. «Es su patio, su árbol, y el lugar donde lo homenajearon en vida, con mucho cariño y afecto», expresaba su viuda, que relataba el entusiasmo con el que regreso a Madrid su marido en julio de 2009 después de asistir a su primer festival de Tierra del Vino, que se correspondía con la quinta edición y en el que se le hizo un reconocimiento especial por su prolija trayectoria investigadora sobre el arte flamenco. «No veas cómo me han tratado, me he quedado maravillado de esas gentes», le decía entonces a su hija de vuelta en la capital de España.

Hasta Morales del Vino se habían desplazado la alcaldesa de Zamora Rosa Valdeón, junto a miembros de su corporación, al igual que lo hacían personalidades del mundo de la cultura como el pintor Antonio Pedrero, el arquitecto Paco Somoza, diseñador de los carteles anunciadores de distintas ediciones del Festival Flamenco de Tierra del Vino o Celedonio Pérez, redactor jefe de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, así como numerosos miembros de la Peña Flamenca «Amigos del Cante» de Zamora, encabezados por su presidente Santiago García Martín, y uno de los principales promotores de la iniciativa, Félix Rodríguez, y miembros también de la Asociación Cultural «Amigos del Flamenco de Extremadura», de Cáceres, con su presidente, Federico Vázquez

Los elogios, el respeto y el reconocimiento cimentaban los pilares sobre los que se apoyaban las distintas intervenciones tanto del presidente de la peña zamorana como del alcalde de Morales del Vino José María Barrios y Rosa Valdeón, que precedieron con sus discursos a Maritere, la musa de un hombre que además de dedicarse a la investigación del arte flamenco, plasmada en numerosas obras, mostró su dedicación a su oficio de librero anticuario y folclorista.

Con una biblioteca de 25.000 volúmenes, muchos de ellos relacionados con el flamenco, pero también con el erotismo y el folclore, la muerte le llegó trabajando en dos libros inéditos. Uno sobre la figura de Manolo Caracol y otro sobre los Ortega, dentro del mundo del toro y del cante. José Blas Vega comienza muy pronto su labor investigadora lo que le permite tener conocimiento con los artistas de las mejores épocas del mundo flamenco. «Puso orden a las continuas evoluciones del flamenco, porque la fusión nos ha llevado a la confusión y ahora hay muchos artistas que han ido por otras vías más aperturistas y quieren hacer un disco puro», explicaba Federico Vázquez, mostrando agradecimiento inmenso a la exploración flamenca de José Blas con 25 libros, cientos de artículos, ensayos, cursos, conferencias y numerosas grabaciones discográficas como la Magna Antología del Cante Flamenco que dan cuenta de 250 años de sentimiento y de vida de un arte considerado a día de hoy Patrimonio de la Humanidad.

Con la actuación del Yeyé de Cádiz, cantando por tonás «uno de sus cantes predilectos», concluía la ceremonia, no sin antes haber introducido su hijo la urna con las cenizas del Padre de la Flamencología en la arqueta sobre la que se ha colocado una placa de granito con la leyenda: «José Blas Vega. Madrid 1942-2012. Insigne flamencólogo, librero anticuario, investigador y escritor. Morales del Vino acoge tus cenizas para mantener viva tu gloriosa memoria. 1 de diciembre de 2012».

José Blas Vega falleció a los 70 años tras haber destacado en su vida como librero anticuario, bibliófilo y escritor, considerado como uno de los más importantes investigadores del arte flamenco. Fue miembro de la Cátedra de Flamencología, del Consejo Asesor del Centro de Estudios de Música Andaluza y de Flamenco, y del Centro Andaluz de Flamenco, ha formado parte del jurado en numerosos concursos de cante, baile y toque, entre ellos los nacionales de Córdoba y La Unión. Dirigió la Sociedad de Amigos del Cante Flamenco de Madrid y codirigió la revista especializada La Caña.

A los 21 años, la afición de José Blas Vega por los temas del folclore andaluz, se desveló con una conferencia sobre «El cante de don Antonio Chacón», y a partir de entonces se convertiría en uno de los más importantes investigadores del arte flamenco, con más de medio centenar de conferencias pronunciadas por toda España y una veintena de publicaciones, entre las que destaca el Diccionario Enciclopédico Ilustrado del Flamenco.

Entre sus galardones por su labor de investigación flamencológica destaca el Premio Nacional de la Cátedra de Flamencología, la Beca de la IV Semana de Estudios Flamencos de Málaga, el premio del Diario Línea de Murcia, Taranto de Oro de Almería, premio Demófilo de Córdoba y Trofeo a la investigación de la Asociación de críticos de Arte flamenco.

La rigurosidad documental y su capacidad de síntesis, junto con su labor de esclarecimiento histórico, fueron las características básicas de su trabajo como investigador y divulgador. Parte de su trayectoria como articulista y conferenciante quedó recopilada en 50 Años de Flamencología, siendo una referencia obligada para comprender la historia del flamenco.

En 2009 fue homenajeado por el Ayuntamiento de Morales del Vino, La Peña Cultural Flamenca «Amigos del Cante» y el diario LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, durante la celebración del V Festival Flamenco Tierra del Vino de Morales. En dicho acto, celebrado en el ayuntamiento, se descubrió una placa conmemorativa en donde figuraba: «Patio del Flamencólogo José Blas Vega», lugar que años más tarde elegiría para que sus cenizas reposen eternamente. Descanse en paz.