Vecinos de Ribadelago plantan un huerto ecológico junto al colegio

Noelia Fernández se encargó de dirigir el laboreo infantil, con una práctica sencilla de siembra de legumbres. Como no podía ser de otra manera, la variedad elegida fueron unas semillas de habones sanabreses, aunque también hubo un buen puñado de garbanzos. Las labores sencillas en las que se aleccionaron a los niños fue en abrir el surco, sembrar las semillas una a una de forma separada «una cuarta». Y finalmente aplicar el refrán que reproducía una vecina «en este pueblo decimos que cuando siembras las habas, cuando terminas te tienen que ver marchar» para aleccionar en que la capa de tierra con la que se recubre tiene que ser fina, y la simiente no quedar muy profunda. Aunque cada hortelano tiene sus propios métodos, como apretar la tierra.

Noelia Fernández comentó a los niños, mientras faenaban en la arena, curiosidades como que los habones fueron introducidos por los árabes y se extendieron por diferentes zonas geográficas de la península, incluida la comarca sanabresa. Unos datos que conocían pocos de los presentes. Al finalizar la labor los pequeños regaron la siembra a la espera de que al menos crezca hasta el mes de septiembre, aunque el fruto habrá que esperar. Labor que quedó encomendada a algunos de los niños que pasan estos días de vacaciones en el pueblo.

Por otro lado, centenares de personas visitaron este fin de semana en Ribadelago la primera edición de la Feria de Productos Ecológicos de Castilla y León, organizada por el Ayuntamiento de Galende en la localidad sanabresa, que comenzó el pasado viernes y que terminó ayer. La feria, ubicada en la Plaza Mayor de Ribadelago, en plena carretera que bordea el Lago de Sanabria, contó con la participación de quince productores de distintos puntos de la Comunidad autónoma, con el vino, el queso, la miel y los cosméticos como principales productos expuestos.