La parva de Moralina cumple la mayoría de edad con el propósito de perpetuar el recuerdo de la que fuera una de las principales labores del campo. Por un día los burros -este año importados por no haber ya animales en Moralina- volvieron a la era para tirar del trillo y separar el grano de la paja. El trabajo que hoy realizan al instante las cosechadoras era antaño una costosa y mucho más lenta tarea como pudieron comprobar el sábado las personas que contemplaron la trilla, entre ellos niños que nunca han visto la tarea que cada verano realizaban sus abuelos. Terminada la trilla los vecinos se sumaron a una comida campera. Hoy la Asociación «La Veiga» realizará un repaso fotográfico de los 18 años de la parva.