Más de doscientos habitantes de La Guareña madrugaron ayer «para defender su tierra, junto al general Wellington, de la invasión "del francés"». Con estas palabras, el profesor de historia Luis Torrecilla alentaba a sus vecinos, que antes de las nueve de la mañana se congregaban en la Plaza Mayor de Cañizal ataviados como los soldados de la época, para que se metieran dentro de su papel y comenzaran a desfilar en la recreación de la «marcha paralela», de la que se cumplía su segundo centenario.

Unos, vestidos de rojo, interpretaban el papel de británicos. Otros, de azul y luciendo la tricolor revolucionaria en el sombrero, hacían de soldados napoleónicos. No faltaban los batallones portugueses, ataviados de marrón, y tampoco los guerrilleros españoles «a lo Curro Jiménez». Tras ellos, decenas de mujeres y niñas disfrazadas de labriegas de la época, «un homenaje a todas las féminas que fueron cantineras, madres, hermanas, hijas o esposas de los soldados que murieron en la Guerra de la Independencia», según Luis Torrecilla.

Tras un breve desfiles por las calles de Cañizal, se trasladaron a El Olmo para emprender la marcha a lo largo del río Guareña. En la orilla derecha los franceses, y en la izquierda los aliados tras el general Wellington, recorrieron los más de tres kilómetros que separan esta localidad de Vallesa.

Al llegar al pueblo, los batallones franceses del general Marmont fracasaron en su intento de tomar la Plaza Mayor, que fue defendida con pundonor por los que interpretaban el papel de guerrilleros locales.

Mientras tanto, británicos y portugueses rodeaban Vallesa para hacer su entrada triunfal en la plaza por el lado opuesto a los franceses. Una vez allí, tras la presentación de algunos de los generales de las cuatro nacionalidades que lucharon en la zona y en la posterior batalla de Los Arapiles, todos los participantes pudieron disfrutar de un refrigerio y de las viandas que les ofrecían muchos de los vecinos de Vallesa.

Para acabar la mañana, se desplazaron de nuevo a Cañizal, donde se realizó un homenaje a los caídos en la Guerra de la Independencia, en memoria de los cuales se descubrió una placa conmemorativa. Tras el acto, todos los voluntarios compartieron una comida de hermandad.

La recreación de este año, ha contado con una participación «notablemente mayor» de los vecinos de la comarca que en las tres ediciones anteriores, y también aumentó el número de espectadores, según asegura el presidente de la asociación Pro-Cañizal, Pedro Marías.

Además, este año contaban también con un grupo de miembros de la Asociación Histórica de Voluntarios de León, especializada en recrear batallas de la Guerra de la Independencia, que hoy estará presente en un gran acto de conmemoración del bicentenario de Los Arapiles.

Los vecinos de La Guareña que colaboraron en el acto, disfrazándose, cosiendo trajes o aportando sus caballos, consideran que es «una iniciativa muy buena para dar vida a los pueblos y evitar que se queden vacíos», como declaraba Manuel Andrés, un vecino de Villamor de los Escuderos que interpretaba subido a su caballo el papel de general británico.