El alcalde de Cañizal no está dispuesto a que quede en el olvido la ya histórica reivindicación del arreglo de la carretera ZA-604 que une la localidad con Fuentelapeña y La Bóveda de Toro. Para ello Miguel Ángel Herrero está retomando los contactos con los regidores de estos dos pueblos y Vadillo para «intentar hacer fuerza entre todos y pedir una reunión con el responsable de Fomento de la Junta en Valladolid».

Al tratarse de una vía autonómica es ésta la administración competente sobre una vía que cuenta con «orden de estudio», según expresó el propio consejero de Fomento, Antonio Silván, en respuesta a una pregunta escrita realizada por los procuradores socialistas en diciembre del año pasado. Sin embargo ni los alcaldes tienen noticias ni saben «si la Junta tiene intención de hacer algo», expresa el alcalde de Cañizal.

Lo cierto es que las peticiones para actuar sobre esa vía se han sucedido a lo largo de los años, desde los propios ayuntamientos a la Mancomunidad o incluso vecinos como hicieran hace tres años socios del Club de Jubilados de Toro como tantos, usuarios habituales de la carretera para conectar con la A-62 y desplazarse a Salamanca. Sin embargo el tránsito por esta vía cada día se hace más difícil. «Hace nada rompí el retrovisor», comentaba una vecina de Cañizal. Porque uno de los defectos de la vía es la estrechez que en algunos tramos provoca serias dificultades para cruzarse con un camión.

Y lo cierto es que el tránsito de vehículos pesados por la ZA-604 es muy habitual por la conexión desde Salamanca hacia Toro. «Durante la campaña de la remolacha esto es un no parar», cuenta el alcalde de Cañizal. Una circulación que deteriora día a día una calzada en «muy mal estado». Sin embargo Miguel Ángel Herrero destaca la importancia de la misma porque «para ir a Zamora nos ahorramos el rodeo de diez kilómetros que supone ir por Fuentesaúco». Pero no son pocos los conductores que prefieren hacerlo con tal de evitarse el «calvario» de una carretera estrecha, con el firme muy inestable y baches.

Miguel Ángel Herrero admite que la crisis «complica todas las obras pero esta carretera estuvo ya aprobada en 2003, saben que está fatal y no nos pueden dejar en el olvido».