Los titulares de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente y de la Delegación del Gobierno en Castilla y León, Antonio Silván y Ramiro Ruiz Medrano, respectivamente, anunciaron ayer su propósito de «reclutar» la maquinaria de las empresas pizarreras y de obra pública que operan en los montes y bosques de la comunidad con el fin de sumar esfuerzos en la lucha contra la proliferación de incendios registrada este invierno, el cien por cien de ellos provocados por el hombre «fruto de imprudencias o de la mala fe», ha lamentado el primero de ellos.

«¡Los fuegos entre enero y febrero superan ya en algo más del doble la media del último decenio en Castilla y León!», ha advertido Silván al término del encuentro que, con carácter monográfico sobre la materia, ha mantenido con Ruiz Medrano en la sede de la Delegación del Gobierno, en Valladolid, y en el que ambos políticos, como ejemplo de la compleja situación actual, han incidido en que este año incluso se ha tenido que iniciar antes de tiempo la campaña de invierno y que ésta no es sólo preventiva, a diferencia de otros años, sino también extintiva para «atacar» los incendios registrados a diario en la Comunidad.

Ante ello, la Junta y la Delegación del Gobierno pretenden que el operativo actual, integrado por entre quinientos y seiscientos efectivos, se vea reforzado con la maquinaria de empresas privadas, tanto pizarreras como de obra pública, para lo cual ambos mandatarios han apuntado que sus respectivas administraciones suscribirán los oportunos convenios.

«El que conoce mejor que nadie el terreno es quien está ahí de manera permanente», ha justificado Silván, quien, también a modo de ejemplo, ha explicado que estas empresas pueden ser muy útiles a la hora de realizar cortafuegos.

Pero además, Silván y Ruiz Medrano han coincidido en la necesidad de reforzar la coordinación entre administraciones, «ya que el fuego no entiende de competencias», según ha advertido el primero, y en apelar a la sensibilización y cooperación de toda la sociedad con el fin de proteger el ingente patrimonio natural de Castilla y León, con 4,5 millones de hectáreas de masa forestal del total de 26 millones existente en España, máxime en un invierno atípico que, como ha destacado el delegado del Gobierno, «soporta una sequía que no se conocía en los últimos cincuenta o sesenta años».

En este sentido, y como medidas extraordinarias, el titular de Fomento ha hecho referencia al «operativo permanente» dispuesto en toda la Comunidad, en especial en las provincias de León, Zamora, Salamanca y Ávila, que registran una media diaria de entre veinte y treinta incendios y en las que, por tal motivo, la Junta ha situado su calificación de riesgo en el nivel medio, lo que lleva aparejada la correspondiente dotación de medios materiales y humanos.

Lo peor es que, como así ha reconocido Silván, la situación actual es muy complicada pero además «las previsiones para los próximos meses tampoco invitan al optimismo», en alusión a la falta de lluvias y la acción de desalmados cuyas acciones «no sólo suponen un coste natural, sino un coste económico y el consiguiente riesgo para la vida humana».

Por ello, el consejero se ha mostrado inflexible con los pirómanos. «¡Ni justificación, ni tolerancia, ni perdón para los delincuentes!», ha enfatizado Silván, quien ha declinado profundizar sobre la propuesta del PP zamorano de endurecer el Código Penal en este tipo de situaciones por entender que lo prioritario es «identificar, juzgar y sancionar» pero también la coordinación entre administraciones y la sensibilización de la sociedad civil.

Los fuegos causados en enero y febrero pasados en Castilla y León superan en algo más del doble la media del decenio anterior. En la provincia de Zamora los siniestros registrados desde el mes de enero se acercan a los trescientos y son más de 6.500 las hectáreas afectadas por las llamas.