A falta de concluir la adecuación de los accesos, el aula arqueológica El Alba es ya una realidad después de la intervención llevada a cabo por la Junta de Castilla y León sobre una de las zonas protegidas en las que se ubican restos de termas de origen romano que se identifican dentro de lo que fue una importante ciudad imperial en el término municipal de Villalazán.

La idea del aula que alberga este patrimonio es dar a conocer a los estudiantes y al público en general una parte del pasado de la provincia de Zamora relacionado con la reconquista romana y en torno a un asentamiento favorecido en su día por la fertilidad y bonanza del terreno y también por el cruce de caminos de la península ibérica.

«La Junta pretende con este tipo de inversiones, de 186.748 euros, consolidar, conservar e interpretar parte de este yacimiento, además de darlo a conocer y convertirlo en un foco de atracción turística» señaló el delegado territorial, Alberto Castro, que ayer visitó la instalación acompañado por los técnicos de Patrimonio y la alcaldesa de Villalazán, Maribel Perero.

Un armazón metálico protege al yacimiento con una techumbre y un tipo de celosía también metálica que ejerce de protección, y que permite visualizar perfectamente las piezas originales y la reconstrucción de las termas. Una serie de paneles informativos explican el yacimiento de manera autosuficiente de tal forma que cualquier persona puede visitar los restos sin necesidad de que haya empleados atendiendo la apertura de esta suerte de museo al aire libre.

Los vestigios arqueológicos que aparecen en este conjunto son solamente un pequeño referente de la riqueza que supuestamente pueda estar bajo tierra en la zona conocida como El Alba de la época imperial romana e identificada «por algunos autores con la ciudad de Albocela».

La extensión del asentamiento abarcaría cuarenta hectáreas de las cuales una de ellas fue adquirida en su día por la Junta de Castilla y León y al hacer precisamente un desmonte en la zona aparecieron abundantes hallazgos epigráficos además de numerosos sarcófagos procedentes de una necrópolis cuya ubicación se desconoce y las termas sobre las que posiblemente se asentara un edificio cuyo desarrollo se produjo en el siglo II después de Cristo, coincidiendo con el periodo de mayor expansión y ocupación de la ciudad de El Alba.

Su planta pertenece a unas termas de tipo romano provincial con dependencias como el vestuario, sala fría con su bañera, sala templada y caliente, también con bañera. Las habitaciones presentes en los vestigios pertenecen a la parte fría de la instalación, donde se identifican el vestuario, unas letrinas y una habitación circular que podría tener una fuente, además de restos de algunas habitaciones calientes y el lugar donde se localizaban las bocas de los hornos y las calderas que calentaban el edificio, señaló el equipo técnico de patrimonio de la Junta, representado ayer por la arqueóloga Hortensia Larrén y Luis Pichel.

El yacimiento se encuentra situado en la carrera que va de Villaralbo a Villalazán, poco antes de llegar a esta última localidad, a mano izquierda, si bien los accesos aún no están demasiado bien señalizados.

Larrén destacó la presencia de asentamientos humanos desde muy antiguo en la zona y concretamente en este espacio, de época prerromana a la altomedieval. Los vestigios son de una ciudad media, Arbocala, descrita por autores como Ptolomeo y por imágenes aéreas se ha descubierto también la existencia en la zona de un campamento romano de la importancia de Petavonium, explicó Larrén. En El Alba también se han encontrado enterramientos visigodos.