Rufino de Castro es hombre campechano y con aire bonachón. Aunque formado eclesiásticamente en las antiguas normas del Concilio Tridentino, se acomodó perfectamente al renovador Vaticano II y fue de los primeros que soltó la obligada sotana para vestir como el resto de los mortales. Compatibiliza sus labores eclesiásticas con una entusiasta pasión por los toros y la afición a la pelota, que practicó en sus años jóvenes.

-¿Cómo fue eso de meterse a cura?

-Yo era un chavalico, según decía el cura del pueblo, un poco espabilado en la escuela. Y un buen año me dice "tú querías estudiar", pero le contesté que era un sueño que no podía cumplir porque mi padre era un agricultor muy pobre. La agricultura que tenía era de renta, que no tenía terreno propio.

-¿Eran muchos a la mesa?

-Yo era el mediano de tres hermanos y claro, mi padre decía que con tres hijos? Pero don Felipe Temprano, de gran memoria para mi, insistió "que el chico que se prepare y ya veremos". Estuve todo un verano yendo a Castronuevo para que me diera clase. Llegó septiembre, echamos la solicitud de ingreso en el Seminario y me aprobaron.

-Así que tuvo que dejar el pueblo.

-Cursé los estudios con sacrificio para mis padres, aunque en vacaciones me iba a trabajar en la agricultura. Había que ganar la pensioncica del año. Mi hermano se dedicaba a servir a otros señores para ganarse una soldadita y yo, con mi padre, hacía los veranos. Incluso ya ordenado iba por la noche con mi hermano a acarrear el pan. Cuando venía gente me ponía detrás del carro para que no me vieran con la sotana.

-Su primer destino en Aliste sería todo un cambio.

-Sí. El obispo, don Eduardo Martínez, me ordenó sacerdote y me mandó en primera parroquia a Villarino Tras la Sierra, Latedo y San Mamés. Aliste puro. Tenía que usar tres días para venir a Zamora. Iba a pie hasta Sejas, donde cogía el autobús a la capital. Regresaba a Sejas por la tarde, dormía allí porque llegaba de noche y al día siguiente caminando para Villarino, que eran 9 ó 10 kilómetros.

-¿Cómo recorría los tres pueblos para las misas?

-A pie. Decía misa diaria en Villarino, que era mi residencia, a la hora que más o menos le apetecía a la gente. Yo siempre me acomodé mucho a la vida del pueblo. Y los domingos me levantaba a las seis de la mañana, me cogía mi sotana y caminando a Latedo; de ahí a Villarino y luego a San Mamed. Y cuando regresaba, a las dos de la tarde, mi hermana me tenía preparado un baño de agua, porque no había agua corriente, me lavaba hasta donde podía, comía y ya por la tarde tranquilito.

-Antes era muy normal llevarse a las hermanas para acompañar al cura.

-Mi hermana vino conmigo, pero luego se casó. A los tres años de estar allí me fui para Fornillos de Aliste y Samir. Ella se enamoró de un chico en Alcañices y se casó. Con un poco de temor me dice que tiene novio. Y yo le digo pero no tengas miedo, lo mejor que te puede ocurrir. Entonces reclamé a mis padres porque, como vivían muy precariamente, les dije si tenemos patatas comemos patatas y si es carne carne. Se vinieron a Samir y Fornillos, donde estuve otros tres años, aunque nos veíamos muy mal económicamente.

-¿Cuánto ganaba un cura en aquella época?

-Con tres pueblos, en Villarino Tras la Sierra ganaba 1.200 pesetas al mes. Y con dos, en Fornillos y Samir, ganaba unas mil pesetas. Luego me quitaron Samir y ya no llegaba a mil con Fornillos solo. Así que les dije a mis padres, vamos a cambiar un poco de terrenos.

-¿Cuánto cobraban por una misa?

-Entonces por una misa se cobraban 8 pesetas, 10, llegamos a 15. El caso es que solicité la salida y me dieron aquí (en Gáname). No me gustó, era mejor quedarnos en Aliste. Solicité Pobladura de Aliste porque mi compañero, Pedro Bermejo, condiscípulo, se fue a Alemania. Y como mi hermana estaba en Alcañices pues estábamos más cerca de ella. En el Obispado me dijeron que sí, sí. Cuando a los ochos días me llega el nombramiento para Gáname yo te digo que monté un poco en cólera, fui a protestarle al señor Obispo y tuvimos una discusión un poco así. En fin, al final dije "señor Obispo, lo acepto".

-Para llegar con pocas ganas se ha tirado aquí media vida.

-Pues sí, ya me vine y les dije a mis padres que estaba harto de traslados; así que aquí nos asentamos y mira, los dos están aquí enterrados. De eso hace 45 años.

-Por su edad debía estar jubilado, ¿no está cansado?

-Pues tenía que haberme jubilado pero digo, por una parte tengo un poco de cariño a la vocación, por otra parte tengo cariño a la gente y por otra porque tengo a mis compañeros de alrededor con cantidad de pueblos. Si me jubilo les caen otros cuatro. Y así estoy aguantando.

-Con cuatro pueblos a sus espaldas.

-Ahora tengo Gáname, Fresnadillo, Abelón y Fadón, que es mi ojito derecho.

-¿Y eso?

-No me importa decirlo, porque son muy amables, son asistentes a todos los toques de campana, les encuentro con una honradez y una fe que no les veo a los demás, esa es la verdad.

-¿Cómo se organiza?

-Los domingos digo las misas en los cuatro pueblos y el resto de la semana donde me encarguen. Eso sí, con el coche.

-Y con "clientes" casi todos mayores.

-Pues sí. Yo soy uno más, sales a dar un paseo, charlas de lo divino y de lo humano... Me bandeo muy bien con toda la gente porque me encuentran como uno más de ellos.

-¿No se pregunta muchas veces cómo ha cambiado todo, y no digamos en la cosa de la religión?

-Me formé en lo antiguo, según el Concilio Tridentino. Recién cantado misa, en el año 60, fue el Concilio Vaticano II y yo me iba amoldando. Antes era uno un poco señorial digamos y a mí me dolía aquello, porque eso de ir los niños jugando y eso de buenos días padre, y besar el anillo no me caía muy bien. Cuando vino el Vaticano II, que nos dio cierta libertad, no se si yo no sería el primero en salir de paisano a la calle. Y ahora no tengo ninguna presunción ni de categoría ni de nada.

-Y compagina sus deberes espirituales con aficiones terrenales como los toros y la pelota.

-Lo de los toros yo creo que me viene de sangre porque siempre me han gustado. Cuando estuve en Aliste ni tenía dinero para ir a las corridas de Zamora ni allí lo podía desarrollar. En cambio aquí con mis amistades vamos a Ledesma, luego somos de la peña de Chaves. Con Paco Mozo organizamos el cocido que nos tiene ya desbordados. En febrero hacemos unas conferencias y luego la cena de convivencia. Mira (y enseña el reloj donde aparece estampada la cara de Domingo López Chaves), cuando hice las bodas de oro sacerdotales hace dos años me lo regalaron dos amigos de Gijón.

-Un declarado admirador de López Chaves.

-A Domingo lo casé en el Catedral vieja de Salamanca el 29 de octubre pasado. Me echó la mano sobre el hombro y me dijo "padre es usted un gran amigo mío, tengo otros dos amigos sacerdotes y los tres me van a casar". Además, cada año tenemos una fiesta campera en la finca de su padre y cuando torea vamos todos los peñistas.

-¿Qué tal se le dio la pelota?

-Fui muy jugador de pelota, soy de la federación y cuando tengo tiempo voy a verla, pero ya no doy. De estudiante en el Seminario nos dábamos unas palizas? y de cura también. Aquí jugué varias veces.

-¿Con la sotana?

-Sin sotana, que ya vine aquí liberado.

-También ha hecho comunión con los portugueses, como buen cura de "La Raya"

-Todo empezó porque cuando estaba en Villarino me hice íntimo amigo del cura portugués que había entonces, y cuando me vine para acá él estaba en Miranda. Un día hablando le digo, por qué no hacemos una misa juntos y llamamos a nuestros amigos. El primer y segundo año fuimos siete u ocho de cada lado, pero ha ido a más. Este año hemos conseguido la asistencia de 8 ó 9 curas, además de los obispos de Zamora y Braganza y como unas 500 personas en misa de campaña. ¡Estamos desbordados!.

-¿Cuáles son las mayores satisfacciones y desengaños que le ha dado esta vida que ha elegido?

-Bueno satisfacciones te diría que todos los días, pero desengaños también ha habido, sobre todo en el trato con los feligreses. A veces no te entiendes y uno tiene su corazoncito y dice por qué me habré desvivido tanto para que luego no me encuentre con nada.

-Con feligreses tan mayores tendrá más entierros que bautizos o bodas.

-Entierros todos los meses. En Abelón el último bautizo fue el año pasado. Nació un niño. En Gáname y Fresnadillo hace por lo menos seis o siete años y en Fadón, uhhhhh, hará doce años.

-¿Bodas?

-No se hacen por dos razones. Ha caído la gente en la desgracia de hacerlas, si acaso, civilmente; y a los que van por la iglesia les preparas los papeles y se casan en Zamora.

-¿Se acuerda de la última?

-Fue en Gáname pero, qué se yo, hará 20 años.

-¿Cómo ve la religión, es de los que piensan que esto ya no es lo que era?

-Bueno, te voy a decir una cosa. Cuando vine hace 45 años, no se cuál sería la razón, casi no venía nadie a misa. Y era un pueblo que tenía 400 habitantes. Empecé con mi tranquilidad a llamarlos y ahora me encuentro con que asisten a la misa dominical el 40%. Unos 35-40 de 80 habitantes. Pero hay que pensar en una cosa. Aquella persona que asiste a misa y que se siente cristiana católica, es de verdad. Porque antes iban un poco empujados por el ambiente, por la autoridad. Ahora se han descubierto los designios de los corazones y casi se queda uno más tranquilo.

-¿Tiene amigos no practicantes?

-Alguno sí, no me acuerdo. Pero no distingo. Además si voy por la calle y me encuentro con una persona que no pisa en la iglesia soy tan simpático como con aquellos que asisten. Porque la dignidad personal de cada uno hay que respetarla, y la libertad también.

-Algunos de sus compañeros no tienen eso tan claro.

-Quizás la gente joven sí lo tenga más en cuenta, los curas mayores hay que estarlo viviendo para?

-Cada vez hay menos curas.

-Aquí en Bermillo y Almeida hay dos pero son 17 pueblos. En Fariza hay uno con 9 pueblos, claro que tiene a tres religiosas que le quitan todo el peso. No hay vocaciones y los seglares muy poco, algunos.

-¿Qué culpa ha tenido la iglesia?

-Yo creo que no demasiado, a lo mejor un poco desaprensivos pero no con idea. Ahora, yo creo que son los ambientes que hemos tenido últimamente. La juventud se nos ha ido porque los ambientes son nocturnos, de día no. Y esto que conste: a muchas madres les digo, pero por qué tus hijos no van a misa, dicen es que vienen a las ocho de la mañana y cualquiera los levanta. Cómo no me mandas a los niños a misa, dicen mire como madrugan toda la semana aprovechan. Veo a los niños, me levanto a las nueve ver dibujos animados, ahí los padres no actúan. Una cosa es obligar a los niños a ir a misa y otra que cojan el hábito. Si de niños les dicen que valen más los dibujos.

-¿Morirá con las botas puestas?

-Te voy a contar una anécdota que ocurrió con los dos obispos en la convivencia. Me dice el de Zamora, oye Rufino debías de aguantar otros tres o cuatro años. Y le dije mi señor obispo, cuando me saquen de Gáname con los pies para adelante.

Pobladura de Valderaduey, 1934

Rufino de Castro Barrios nació un 9 de octubre en el seno de una humilde familia de agricultores «sin propiedad». Sus padres, Cecilio y Prudencia, criaron con sacrificio a tres hijos, el mediano de los cuales se ordenó sacerdote. De aquello hace ya 52 años. A sus 77, «don Rufino» es uno de los curas en activo más veteranos de la provincia. Desde hace 45 años es el cura de Gáname, Fresnadillo, Abelón y Fadón. Además es un confeso aficionado a los toros -activo miembro de la peña Domingo López Chaves- y mantiene su ficha en la Federación de Pelota.