Vecinos de Mámoles lamentan los estragos ocasionados por el incendio que anteayer tarde calcinó una amplia extensión de una de las zonas «más auténticas y cuidadas» del Parque Natural Arribes del Duero, donde fueron abrasadas más de doscientas hectáreas según las estimaciones.

Además de un escenario de encinas y enebros «centenarios», las llamas arrasaron un mirador que había sido acondicionado este mismo año, aprovechando una vieja caseta de carabineros. Medio Ambiente había integrado esta atalaya de gran panorámica dentro del sendero de Gran Recorrido diseñado para los amantes de la naturaleza y del medio rural. El mirador de «La Boiza», situado en la zona conocida en el pueblo como Los Picones, permite disfrutar de un extraordinario paisaje del farallón por donde discurre el curso del Duero.

Fuentes vecinales reprochan que en la zona no existiera un cortafuegos, al igual que hay caminos en Portugal, y están convencidas de que se trata de un fuego posiblemente intencionado u originado por negligencia.

La vecina de Mámoles Aurora Mateos, que siguió de cerca la evolución del incendio y estuvo pendiente de que las llamas no alcanzaran la caseta de un finca donde se guardaba, entre otros elementos, un bidón de gasolina, afirma que «me parece casi imposible que desde tierra se pueda originar el fuego». Por las características del punto donde comenzó el fuego, al fondo del arribanzo, considera que, de tener el siniestro una causa humana, «solamente pudo deberse a que alguien lo prendiera desde una barca o que tirara una colilla o algo desde lo alto de una falla».

«Se quemó una zona preciosa, que se había balizada», expresa una vecina de Mámoles, que precisaba que ayer todo eran conjeturas en el pueblo sobre quién pudo hacerlo y sobre los motivos. Ponen de manifiesto que donde comenzó el fuego es un lugar «donde nadie pone los pies».

Aunque la sensación general de Mámoles es «de pena» por el desastre paisajístico y de arbolado ocasionado por el incendio, sin embargo existía entre la gente el alivio de que los vientos soplaran en contra de la localidad. «Si el viento llega a tirar hacia las viviendas nos abrasamos en el pueblo».

El incendio de Mámoles y Fariza permanecía ayer en estado controlado y fase de perimetración según la información facilitada por la Junta de Castilla y León.

En la tarde de ayer todavía seguían sobre el lugar dos agentes medioambientales, un helicóptero de la base de Villaralbo, una brigada helitransportada, un bulldozer y una cuadrilla de tierra. También se daba por controlado el siniestro originado el pasado lunes en la zona de Ribadelago. Medio Ambiente daba ayer tarde por extinguidos el incendio de Hermisende, donde se quemaron 57 hectáreas y otro en la zona portuguesa.