«Los poco más de 200 habitantes que seremos en Trefacio difícilmente podremos asumir esa deuda». Así se despachaba ayer uno de los vecinos del pueblo, Jesús Rodríguez, poco antes de empezar la tertulia de sobremesa en el bar de la localidad. En el pequeño pueblo hay todo tipo de valoraciones sobre la situación del Ayuntamiento. Estos días el pueblo se ha llenado de personas que regresan el fin de semana para recordar a los seres queridos en el Día de Los Santos. Rodríguez calcula que en estos momentos la deuda municipal es de unos 420.000 euros, llevado a pesetas, «unos 70 millones». Para él la situación del pueblo «es verídica y negativa. El pueblo está exaltado y preocupado por la situación económica». Otro vecino, Manuel Bruña, dice que «no necesitamos salvadores», y no comparte lo que está haciendo el alcalde.

Los partidarios del actual alcalde, Jesús Ramos, se expresan, en general, sin ocultarse. Los defensores del anterior alcalde, no. «No pongas mi nombre por lo que pueda venir», pide uno de los consultados. Aunque todos los vecinos se conocen sobradamente y saben quien apoya a quien.

El alcalde, que ayer no se encontraba en el pueblo, fue el centro de los comentarios vecinales. El debate está a la orden del día tanto por parte de quienes residen permanentemente como por los ocasionales.

Una de las personas que reside fuera señala que «el alcalde ya sabía lo que se iba a encontrar en el Ayuntamiento. Lo mismo que Rajoy sabe lo que se va a encontrar si entra». Este ciudadano compara la situación del ayuntamiento de Trefacio con el municipio donde reside. «En Alcorcón cada vecino debe 1.800 euros. Y en lugar de lamentarse están tratando de solucionar la situación. Para esta persona «no es solo el Ayuntamiento de Trefacio está mal. Es una situación generalizada».

Las soluciones que se apuntan en el seno de la corporación tienden a la venta del patrimonio municipal y la adjudicación de algunos aprovechamientos para empezar a liquidar las deudas. En broma, un vecino comenta que «se venda el Ayuntamiento», y es que el patrimonio edificado municipal cuenta con, al menos, dos escuelas y el nuevo Centro de la Trucha.

El consistorio estuvo cerrado ayer a cal y canto, aunque alguno de los concejales sí se acercó unos momentos hasta el edificio. En el tablón de anuncios destaca una de las circulares: el censo con el número de electores, que no llega a 170.

Sobre las dos de la tarde una veintena de personas, que estaban en el bar enmudecen de pronto para oír la intervención telefónica de su alcalde en un debate de televisión entre representantes de los partidos políticos. El anterior alcalde, José Sánchez, no se pronuncia y guarda cautela sobre todas las acusaciones que está realizando el alcalde actual.

Las tertulias continúan. En Trefacio, durante años, los vecinos han disfrutado de no pagar muchos impuestos porque «prácticamente no se cobraba nada. A lo mejor por una casa durante todo el año no pagabas más de 50 euros» explica uno de los propietarios de inmuebles y fincas.

Los partidarios de Ramos reconocen que el Ayuntamiento de Trefacio no saldrá de la situación si no hay apoyo de la Diputación Provincial.

Ayer también hubo pronunciamientos institucionales. El Grupo Socialista de la Diputación expresó ayer su «total e incondicional apoyo al alcalde socialista de Trefacio en su reivindicación de una solución urgente e inmediata ante la Diputación Provincial». El PSOE señala que esta situación «es fruto de la absoluta dejadez y pésima gestión del anterior Equipo de Gobierno del Partido Popular». La portavoz del PSOE en la Institución Provincial, Rosa Muñoz Santarén, trasladó a Jesús Ramos y al resto de compañeros socialistas el respaldo unánime del grupo a la decisión del mandatario socialista de iniciar el 7 de noviembre una marcha reivindicativa a Zamora, en la que estará acompañado por el concejal Mohamed Reza Irampu. Tienen previsto llegar el día 11 y apostarse en la Plaza de Viriato para iniciar una huelga de hambre de corte reivindicativo.

Jesús Ramos ha adoptado esta decisión drástica «ante la impotencia que sienten él y su equipo por la situación», que para la corporación «ha superado ya el límite». El PSOE señala que las deudas dejadas por la corporación anterior son millonarias. El consistorio ha tenido que suspender su actividad por el corte del suministro de energía eléctrica. Para el grupo socialista uno de los problemas más graves es que «hay trabajadores municipales que llevan sin cobrar su nómina desde el año 2004». Denuncia, además, que existen facturas pendientes de pago desde el año 2002 o que desde el año 2004 «no se haya invertido un solo euro en la localidad a través de los Planes Provinciales porque, entre otras cosas, el anterior alcalde del PP ni siquiera presentaba proyectos». Ramos, incide en que en estos momentos «el Ayuntamiento de Trefacio no cuenta con ingreso alguno».

El alcalde desmarcó la situación de Trefacio de la crisis económica, tenida como consecuencia de «tremenda dejadez y la pasividad del anterior alcalde». El PSOE denuncia que este Ayuntamiento no ha tenido control de ningún tipo durante muchos. Desde la oposición, Ramos ya denuncio esta situación. «Incluso pusimos el asunto en manos del Consejo de Cuentas, pero nos dijeron que no tocaba» expresó.

Jesús Ramos anunció el pasado jueves a los responsables del Gabinete de Presidencia de la Diputación su intención de llevar a cabo las medidas de protesta mencionadas y pidió reunirse con el presidente Fernando Martínez Maíllo, sin que hasta este momento haya recibido contestación alguna. Hay que recordar que la última vez que el alcalde solicitó un encuentro con el presidente, para exponerle la gravedad de la situación, tardó dos meses en recibirle.

Remesal reclama una solución urgente, la cual pasa porque Diputación y Junta de Castilla y León sumen esfuerzos e intervengan para solventar el grave problema por el que atraviesa el municipio. El alcalde cuenta con el resp100% cien por cien de sus vecinos y de emigrantes que residen fuera del municipios, muchos de los cuales tienen previsto acudir a la Plaza de Viriato el día para recibirlo.