Los vecinos de Mámoles vivieron ayer unos momentos de gran preocupación ante el temor de que las llamas de un incendio desatado en plenos Arribes del Duero alcanzaran las viviendas del pueblo. «La gente salió de sus casas y gracias a que el viento sopló en contra y favoreció mucho», expresaba ayer un vecino, que regresó a casa una vez que el intenso operativo contraincendios desplazado al lugar controló la expansión del fuego. Según precisó, «las llamas estuvieron a unos quinientos metros».

El incendio comenzó hacia las 15.24 horas y rápidamente fue movilizado un importante número de medios aéreos, mecánicos y humanos. Al escenario fueron desplazados con prontitud dos técnicos, dos agentes medioambientales, un helicóptero de Villaralbo, otro de cuadrillas helitransportadas de Villardeciervos, otro aparato aéreo de la base de Guadramiro, dos aviones de Rosinos de la Requejada, dos avinetas de Matacán, otro de Labacolla (Galicia), cuatro brigadas de intervención rápida, un bulldozer, dos cuadrillas de tierra y también acudieron al lugar del siniestro efectivos del parque de Bomberos de la Diputación provincial, según informó ayer tarde Medio Ambiente.

Vecinos de Mámoles, Fariza, Palazuelo y de otros anejos del municipio próximas al arribanzo, alertados por la gran humareda, también se personaron sin tardanza en la zona para colaborar en las labores de extinción utilizando palas y ramas, o para seguir de cerca la cambiante evolución del fuego y el temeroso espectáculo en que se convierten estos episodios.

Las llamas afectaron a una superficie de encina, enebro y monte bajo superior a las 30 hectáreas por lo que la Junta declaró el nivel 1; nivel que fue rebajado al grado 0 hacia las 8,30 horas de la tarde debido a la efectividad de los medios contraincendios que consiguieron aplacar la expansión del siniestro.

La agreste orografía del arribanzo complicó sobremanera la movilidad de todos los medios, que debieron actuar con todas las atenciones en medio de una densa humareda. Además, el agua de las charcas fue consumida con rapidez lo que obligó a los medios aéreos a desplazarse hasta el embalse de Almendra para reabastecerse. Fuentes vecinales recalcan «la peligrosidad» por las características de la zona. Entre otros pagos, quedaron abrasados pagos de Valestero y El Cotorrón.

Por otra parte, ayer quedaron extinguidos los fuegos que seguían activos Hermisende, y controlados los incendios de Ribaldelago y Pedralba de la Pradería.

El delegado Territorial, Alberto castro, hizo alusión a los incendios durante su estancia por los confines de Torregamones, poco antes de iniciarse el incendio de Mámoles. Puso de manifiesto que los fuegos más importantes de la jornada anterior estaban controlados y, en lo referenta al que afectó al término de Ribadelago, cifró en unas 50 hectáreas de monte bajo la superficie abrasada. Precisó además que los indicios sobre el origen parecer ser que fue provocado «con mala intención» porque se observaron más de media docena de focos diferentes. Expresó, además, que «no hay que lanzar gritos de éxito sobre la campaña», que todavía está en pleno desarrollo como lo dejan claro los continuados incendios, y animó a luchar «todos juntos» contra estas fatalidades.