La localidad de Vega del Castillo ha celebrado el Encuentro de Gaiteros, que en su XXV edición reunió a 35 gaiteros y 20 tamborileros de la comarca de Sanabria, de Galicia e incluso de Valladolid y Madrid. Gaiteros de 18 pueblos de Sanabria y Carballeda, de Quintanilla de Yuso y Cunas de la provincia de León, una joven banda de Medina del Campo y los alumnos de la Escuela de Gaitas de la Casa de Zamora en Madrid, entre otros, hicieron frente a la torrencial lluvia y desgranaron lo mejor de la gaita zamorana, castellana y gallega, al compás del tamboril y la pandereta.

La asociación cultural de Vega, San Juan Bautista, ha sido la encargada durante un cuarto de siglo en reunir a los principales responsables del folclore comarcal de los últimos 100 años, con nombres emblemático como Francisco Baladrón de Val de Santa María que fue homenajeado, al igual que el tamborilero y vecino de Vega, Fausto Quintana. Sus familias recibieron al finalizar el recital una placa en recuerdo a su presencia en la concentración de Vega.

La cita fue más que meritoria en músicos y público porque más de 300 personas se congregaron en este recóndito pueblo de la Carballeda Alta. El encuentro comenzó poco después de las cinco con un centenar de músicos desfilando en un pasacalles por las empinadas calles de Vega, que sus vecinos acogieron con ilusión porque nunca se había celebrado por las calles del pueblo un pasacalles de gaitas con tantos sones del pasado. Ante la iglesia se guardó un minuto de silencio por todos aquellos gaiteros que han fallecido y que de vivir seguro que estarían en la concentración. Al finalizar el pasacalles las bandas y solistas tomaron el escenario para interpretar una pieza, a lo sumo dos, por el chaparrón incesante que a las seis de la tarde cayó sobre el pueblo, pero que no impidió que el público disfrutara de tres horas de velada musical.

Sobre el escenario un hecho significativo las parejas y solistas que en el siglo pasado se encargaban de amenizar las fiestas por los pueblos y conservar el folclore más ancestral van entregando el testigo a los cuartetos y pequeñas bandas, muchos de ellos consecuencia de las escuelas de Puebla y de la Casa de Zamora en Madrid. La afición de los gaiteros es tan grande que una vez finalizado el repertorio de los grupos hubo gaiteros que se sumaron a las actuaciones, ya fuera de programa.

El maestro de ceremonias, Marcelino Simón, miembro de la asociación San Juan Bautista destacaba el éxito de convocatoria pese al mal tiempo, y apuntaba como la concentración de Vega como una de las «citas más importantes», no ya de la comarca, sino de la provincia. Simón precisó que este 25 encuentro fue especialmente emotivo para las personas mayores «que se han emocionado de ver el pasacalles con tanto gaitero».

Emotivo fue también el momento en que Lorenzo Baladrón, hijo de Francisco Baladrón, gaitero de Vega, recibía la placa homenaje a un hombre que a los 15 años era ya herrero y que se quedó con la gaita que un compañero le encargó comprar y que heredó por su muerte prematura, momento en que comenzó su afición. Lorenzo que siguió el concierto desgranaba uno a uno a los participantes: el gaitero de Rionegro del Puente, los de Puebla, el Gaitero de Villanueva de Valrojo, el de San Justo, de Santiago, atento además a los grupos llegados de fuera.

El pueblo recordó además a otro de sus destacados tamborileros, Fausto Quintana, que desempeñó un sinfín de trabajos desde tratante hasta curandero y consejero matrimonial de la época. Una persona muy apreciada que cuando fue alcalde se presentó en la Diputación para pedir las 40.000 pesetas de la época que costaba convertir el camino de carros en carretera a Vega.

La nota negativa que señalaba Simón ha sido la falta de cortesía y de apoyo de la Diputación Provincial, que ni ha respondido a la invitación para asistir a este acto cultural, con mayúsculas, dedicado a la tradición musical más importante de la comarca, como tampoco ha colaborado para el sostenimiento de este encuentro. Este homenaje se financia con rifas y sorteos. Pese a todo, pese a las inclemencias climáticas y las inclemencias humanas, Vega prepara ya su XXVI edición para 2012 con el encargo de un acompañamiento de buen tiempo.