La Diputación de Zamora ultima en estos días las obras de mejora y refuerzo de la carretera ZA-L-2441 que sirve como principal enlace viario desde la Nacional 122 (cruce en las cercanías de Alcañices) con la localidad de Alcorcillo. Ayuntamiento y vecinos ven cumplido así un proyecto que venían reivindicando desde hace una década ante la peligrosidad de la vieja vía que discurre por la ribera, hasta ahora con un sinuoso trazado y una estrecha calzada con su punto negro en la conocida como «Curva de Alcorcillo»: uno de los puntos más peligrosos de la red viaria comarcal.

El proyecto, denominado «Rectificación de la Curva de Alcorcillo» salía a contratación el día 30 de octubre de 2009 con un presupuesto base de licitación de 279.144,41 euros y un plazo de ejecución material mediante contrata de nueve meses, que luego por diversas circunstancias se ha alargado en el tiempo en demasía. La empresa adjudicataria fue «Construcciones Burguez» (Burgo Fernández) con una oferta a la baja de 259.601 euros, aunque el asfaltado lo realizaba luego Arcebansa.

La principal actuación se ha desarrollado en la «Curva de Alcorcillo» donde se han realizado grandes desmontes en la barranca de la margen derecha lo que ha permitido abrir su radio, a la vez que se me jora la visibilidad, pues se ha habilitado un espacio abierto entre la calzada y el barranco. La retirada de cientos de toneladas de rocas de las excavaciones no han generado escombro ni residuos pues se han reutilizado en la ampliación de la propia calzada.

En lo que respecta a la calzada se le ha dotado con una nueva capa de rodadura de mezcla bituminosa en caliente de alrededor de 6 centímetros, ampliando ligeramente el ancho, aprovechando parte de los arcenes. La carretera, con un trazado de 2,10 kilómetros de longitud ha pasado a contar con una calzada de entre 4,80 y 5 metros de ancha, con señalización horizontal, ya realizada, y vertical, que se instalará. Al puente de la ribera se le ha dotado con nueva vallas de ondas. La ampliación ha obligado a la tala de algunos de los chopos que había prácticamente pegados a la zona de tránsito.

La realización de las obras no necesitó de expropiaciones ya que únicamente había de actuarse en terrenos municipales y el Ayuntamiento, a través de su alcalde Tomás Carrión Carrión, autorizó la entrada de la maquinaria para de esta manera no originar más retrasos. «La carretera estaba muy mal y la curva era muy peligrosa. Ahora ha quedado muy bien» afirman los vecinos.