Manejan los bolillos con relativa destreza para lo complicado que se antoja el entrelazado de hilos. Han sido muchas horas, veinte este año, y otras tantas en cursos anteriores ejecutando una labor tradicional en plena emergencia. Después de tal rodaje, las mujeres de Fresno de la Ribera empiezan a ver los frutos de un esmerado y paciente aprendizaje, de la mano de Pilar Macías González, maestra encajera que con sus enseñanzas y el trabajo personal en su taller ha contribuido a reavivar este ancestral oficio textil.

Fresno de la Ribera se ha sumado así a los pueblos y grupos de mujeres, aunque también se apunta algún hombre, que han querido recuperar esta labor artesana, con mucho predicamento antaño pero ahora concebido más como un entretenimiento que una necesidad.

Y de ello dan prueba las labores que realizan estas aprendices de encajeras; abanicos, guantes, flores, adornos... «Normalmente son aplicaciones para decoración», explica Pilar Macías. Lo cierto es que el resultado son verdaderas obras de arte, que tienen el valor de lo puramente artesanal, trabajos de horas y horas, en casa y en clase, donde la maestra corrige a sus alumnas y enseña nuevas aplicaciones. Y todas encantadas.

El taller que se ha venido desarrollando a lo largo de los últimos tres meses en Fresno de la Ribera, y clausurado el pasado viernes, fue solicitado por el Ayuntamiento al Centro de Iniciativas Turísticas (CIT).