«En una ocasión se ha avistado al lince ibérico, de acuerdo al seguimiento que realiza el Servicio Territorial, con el personal de la guardería medioambiental, celadores y técnicos de la Reserva». Este hecho está entre lo más llamativo de la información ofrecida por Medio Ambiente sobre la actividad cinegética, los valores medioambientales y socioeconómicos del territorio de la Reserva Regional de Caza de la Sierra de la Culebra elaborada para enriquecer el conocimiento y la estancia de los interesados en la subasta de caza organizada para el día 12 de marzo en la Casa de la Juventud, de Villardeciervos.

Se cifra en 8.200 habitantes los residentes en las 41 localidades de los 12 términos municipales que componen un espacio protegido donde «el 70% de la superficie corresponde a montes municipales, muchos de ellos consorciados y declarados de Utilidad Pública, y sobre un 20% son terrenos agrícolas particulares, y sobre un 10 % son terrenos forestales de naturaleza privada o estatal».

En lo tocante a la fauna señala que «el lobo y el ciervo son las piezas más valiosas y representativas de un equilibrio predador -presa, único en España». Asegura Medio Ambiente tener constancia de poblaciones de gato montés, nutria, desmán de los Pirineos, tejones. Es pues, un territorio más que habitado de seres dignos de una buena enciclopedia.

El ciervo se alza como «la especie principal en el Plan de Caza de la Reserva, y sus trofeos a rececho están catalogados entre los mayores de España». El perímetro de la Sierra de la Culebra está considerado, además, en el ámbito nacional, «como uno de los mejores territorios no cercados, en contraposición a los cotos intensivos de caza de la especie, para la obtención de trofeos de ciervo». La parte negativa es el desplazamiento de otra especie notoria, el corzo, desde la reintroducción del ciervo. Señalan que «la dominación del territorio por parte del ciervo, unida a la presión cazadora sobre las piezas salvajes por parte del lobo, repercute en una disminución de la población de corzos» con la dificultad añadida para su rececho.

También han influido en el descenso de su población «los cambios en su hábitat, cada vez más tupido y con la proliferación del matorral». Medio Ambiente expresa que «su captura en el Plan de Caza anual es casi testimonial».

La Reserva, junto a la región portuguesa de Tras Os Montes y las comarcas de Aliste y Carballeda, son las zonas de la península Ibérica con mayor presencia de lobos, protegidos al sur y el parque de Montesinho, con el que limita.

El Plan de caza del predador se fundamenta en los estudios realizados «por los mejores expertos en la especie» y entre otros de los factores que influyen para autorizar su caza están los programas de seguimiento de la población lobera.

El aprovechamiento de esta especie emblemática contribuye «a mantener su equilibrio poblacional, y ha permitido un cambio de mentalidad en los habitantes de la zona al comprobar que los lobos también son capaces de generar beneficios y no solamente daños, como era opinión generalizada hasta la fecha».

La población de jabalí en este territorio es muy fluctuante, por la presión predatoria del lobo y la disponibilidad de alimento. En épocas de carestía, se produce «el éxodo hacia zonas dotadas de mejores posibilidades tróficas». El jabalí se caza en la Reserva mediante varias modalidades: en el rececho a otra especie y si es autorizado por el personal de la reserva, en aguardos o esperas por daños, y en batidas autorizadas a los cazadores vecinos y organizadas por las entidades locales.

Entre los habitantes de los pueblos de la Sierra de la Culebra, se indica, «tuvo gran importancia la caza menor pero, últimamente, las especies más características de este tipo de caza han sufrido una enorme regresión, como consecuencia directa del abandono de las actividades agrícolas y ganaderas tradicionales, derivado de la alta tasa de emigración registrada en toda la comarca desde la década de los cincuenta, que provocó una despoblación creciente junto a un envejecimiento paulatino».

En cuanto a las aves «se avistan hasta un centenar de especies a lo largo del año dentro de La Culebra».