La imagen no puede ser más triste para un lugar que debiera lucir por su pulcritud. Lo que resultó ser en su día un jardín de bella estampa, y que fue adecuado con deseos de dotar al pueblo de Torregamones de un escenario vistoso y atractivo a ojos de los habitantes y también de los turistas, es hoy la imagen del abandono más absoluto y, por si fuera poco, de un mayúsculo deterioro.

«Está muy pobre» afirma una mujer, reconociendo el estado de penuria que presenta. Y es que el escenario resulta chocante y causa, a primera vista, la impresión de ser un vertedero urbano porque las bancadas y las mesas, que en su origen mostraron un aspecto radiante, aparen destartaladas, rotas en buena parte y con sus trozos diseminados por la zona.

El selvático herbazal que se apodera del lugar y que medio encubre el desastre con su vestimenta, únicamente sirve para dar mayor dimensión al descalabro del jardín. Para colmo, el citado ajardinado no ocupa una zona apartada o escondida del pueblo, sino que está situado a la vera de la carretera que enlaza Torregamones con Moralina y en las proximidades de la ermita de la Virgen del Templo, que goza de la máxima devoción entre los habitantes de Torregamones.

Cuentan, sobre esta ermita, que los de Moralina no la quisieron a la Virgen del Templo y la dejaron apartada. Los habitantes de Torregamones, hallándola en el campo, la acogieron y decidieron construir esta pequeña pero bien cuidada ermita. Dolidos por el hecho, los vecinos de Moralina quisieron colaborar en la construcción del templo, pero todo lo que hacían se iba al suelo. Tal es el origen de la Virgen del Templo, que el pasado fin de semana fue celebrada en Torregamones con gran festejo y devoción religiosa.

Pues en las inmediaciones de la entrañable ermita aparece el lamentable jardín. Más deslustrado que nunca.

Fuentes vecinales afirman que el destrozo del jardín fue cometido por jóvenes del pueblo en una noche de las fiestas del verano. «No tuvieron nada mejor que hacer, expresan». Desde entonces el jardín ha quedado tal cual, como muestra pública del gamberrismo.

Incluso el jardín fue cercado con un simple vallado «para evitar la entrada de burros y de los animales», pero fueron las personas las que entraron a saco y provocaron el desbarajuste.

El alcalde del municipio, Antonio Miguel Miano, es consciente como todos los vecinos de que el jardín causa cierta vergüenza, y señala que no ha sido una iniciativa del Ayuntamiento.

Torregamones es uno de los pueblos inmersos en el Parque Natural Arribes del Duero, donde el turismo es uno de los recursos más esperanzadores para el desarrollo.