Los recuerdos de las vacaciones se han quedado atrás y la vuelta al cole que se iniciaba ayer para los niños del ciclo de infantil y primaria supone un nuevo desafío para estos pequeños y para sus familias por el cambio de hábitos, cumplimiento de horarios, disciplina o compras de material escolar.

Con el inicio del curso escolar en la comarca del Vino volvían a las aulas 645 niños. Para todos ellos el 2010-2011 aportaba novedades, pero sin duda era para los más pequeños los que reclamaban la atención de profesores y padres, que acudían con ellos expectantes ante la reacción que podían tener al enfrentarse a un espacio diferente al que están habituados en casa, aunque menos para aquellos que ya habían tenido contacto con la guardería.

«Ahora la incorporación de los peques es menos traumática que antes, porque muchos de ellos llegan directamente de las guarderías», subrayaban las profesoras del ciclo de infantil de Villaralbo, quienes trataban de mantener la calma y de dar un mensaje positivo tanto a los más pequeñitos de tres años, como a los de cuatro y cinco.

Y como en todo, en el grupo de infantes estaban los más resueltos y adaptados que no tardaron en descubrir los triciclos a los que subirse para recorrer con alegría y destreza el amplio espacio del hall, mientras sus padres atendían dentro del aula a las explicaciones de la profesora en el primer día de clase. Otros, sin embargo, se aferraban con fuerza al cuello de la mamá, mirando con desconfianza hacia la escuela, aunque sin llegar a derramar lágrimas.

No pasaba lo mismo en otros centros del CRA, como en Morales del Vino, donde sí hubo sollozos hasta causar el hipo en el amplio grupo de treinta niños y niñas que se incorporaba a las aulas: «Mamá, no te vayas, espérame». Ya a la salida los pequeños marchaban más contentos y con ganas de volver al día siguiente.

En el grupo de los veteranos de Primaria había en la mayoría de ellos ganas por regresar a encontrarse con los amigos aunque conocían lo que supone el inicio de las clases: cumplimiento de horarios, «hacer los deberes» y un esfuerzo para poder adaptarse tras las prolongadas vacaciones de las que han disfrutado desde el 23 de junio. En los primeros días, con el forro de los libros, la nueva mochila y todos los complementos del accesorio escolar, se hace más fácil la incorporación que ayer se realizaba poniendo en marcha los centros educativos de la comarca los programas de los que disfrutan, como es madrugadores, el transporte escolar o el comedor.

En el caso de los padres la vuelva al cole supone un alivio a la hora de compaginar la jornada laboral con la atención a los hijos, pero también un esfuerzo económico. No en vano, septiembre es uno de los meses más temidos para las familias con hijos en edad escolar, porque «si tienes más de uno, esto es una ruina, pues solamente con el de infantil me he gastado 150 euros», explicaba una de las madres que ayudaba a llevar el material escolar a su hijo pequeño, mientras reivindicaba que los libros se puedan prestar de unos alumnos a los siguientes y el material compartido, factores que a su entender ayudarían a rebajar costes.